Desde hace más de una semana, vecinos de Valle de Casablanca, en el municipio de San Nicolás de los Garza, han vivido una situación crítica que pone en riesgo su salud y evidencia el abandono institucional: una fuga de aguas negras proveniente de una alcantarilla ha contaminado un arroyo ubicado entre las calles Comisión Federal de Electricidad y Casa de las Torres. El escurrimiento ha generado un fuerte olor a drenaje que se esparce por la zona y ha convertido al arroyo en un canal a cielo abierto de desechos sanitarios.
A pesar de los múltiples reportes hechos por la ciudadanía, la fuga sigue sin ser atendida por Servicios de Agua y Drenaje de Monterrey (AyD). La falta de respuesta ha provocado el enojo y la desesperación de los vecinos, quienes han documentado cómo el derrame se ha extendido hacia otras zonas de la colonia, afectando también sectores aledaños como Montecarlo.
“Es prácticamente un río de drenaje, de aguas negras, lo que tenemos aquí en la colonia. Es urgente que vengan a reparar porque esto es un problema muy fuerte de insalubridad”, declaró Flor Rodríguez, habitante de Valle de Casablanca.
El costo de vivir entre pestilencia en San Nicolás
Lo que comenzó como un escurrimiento menor se ha convertido en un problema de salud pública, afectando la vida diaria de cientos de familias. El intenso olor obliga a los residentes a mantener ventanas cerradas, incluso durante las altas temperaturas de junio, generando incomodidad y afectaciones en la rutina diaria. “Cuando más calor hace es cuando más insoportable se pone el mal olor, ya no sabemos qué hacer”, compartió otro vecino en entrevista.
El arroyo contaminado atraviesa sectores habitacionales, y gran parte de su tramo está abierto, lo que facilita la propagación de bacterias, fauna nociva y la posible aparición de enfermedades gastrointestinales, dérmicas y respiratorias. Esta situación no solo representa un riesgo sanitario, sino también un símbolo del desinterés institucional por el bienestar de las zonas residenciales no céntricas.
🚨Mientras el gobierno estatal sube 70% las tarifas, AyD deja que una fuga de aguas negras contaminen el arroyo de Valle de Casablanca en San Nicolás.
— Minuto Cero (@Minuto_Cero_NL) June 13, 2025
🤢¡Denuncian que lleva una semana sin respuesta!
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AyD: tarifas más altas, menos atención
La indignación crece al contrastar esta situación con las recientes decisiones administrativas de AyD, que autorizó un aumento del 70% en las tarifas de agua. Mientras el servicio se vuelve más caro para las familias de Nuevo León, las fallas en la red de drenaje no han cesado, al contrario, se han multiplicado en varias zonas del área metropolitana.
De acuerdo con datos de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del INEGI, los problemas con el drenaje sanitario se han convertido en una de las principales quejas de los ciudadanos del estado. En respuesta a estas cifras, AyD aseguró en abril que pondría en marcha un plan para rehabilitar 100 kilómetros de infraestructura sanitaria, con una inversión estimada de 713 millones de pesos.
Sin embargo, ese anuncio no se ha traducido en acciones visibles para los habitantes de San Nicolás, quienes no han visto ni una cuadrilla de trabajadores en más de siete días. Tampoco han recibido respuestas claras de la dependencia ni soluciones efectivas.
Samuel García presume avances… mientras San Nicolás apesta
La molestia no solo está dirigida a AyD, sino también al Gobierno del Estado, encabezado por Samuel García, quien ha sido señalado por su falta de interés y respuesta frente a esta problemática. Mientras el gobernador realiza giras, publica mensajes triunfalistas sobre inversiones y presume supuestas mejoras en seguridad, movilidad y servicios, los vecinos de San Nicolás viven rodeados de aguas negras sin ninguna atención por parte de las autoridades estatales.
La contradicción es evidente: por un lado, el Ejecutivo estatal presume una gestión moderna y eficaz; por otro, los hechos documentan una realidad de abandono, en la que servicios tan esenciales como el drenaje sanitario quedan fuera de su radar. Esta desconexión entre el discurso oficial y la vida cotidiana de los ciudadanos ha generado un clima de creciente desconfianza.
“¿De qué sirve que suban las tarifas si no pueden ni arreglar una fuga?”, cuestiona una vecina. “Nos cobran más, nos ignoran y luego presumen que todo está mejorando. Aquí no se ve ninguna mejora”.
Una colonia que ya no aguanta más en San Nicolás
El caso de Valle de Casablanca no es único. En los últimos meses se han registrado múltiples reportes de fugas de drenaje en colonias del área metropolitana y zonas periféricas, muchas de las cuales también han sufrido la indiferencia institucional. La falta de inversión sostenida, la mala planeación urbana y la insuficiencia de mantenimiento preventivo han colapsado un sistema sanitario que ya mostraba signos de fatiga desde hace años.
En este contexto, las denuncias ciudadanas son más que válidas: son gritos de auxilio. La contaminación del arroyo no solo afecta a quienes viven cerca. A largo plazo, puede impactar ecosistemas urbanos, generar filtraciones a mantos freáticos y convertirse en un foco de infección más amplio si no se actúa con rapidez.
Pese a ello, los ciudadanos continúan esperando una respuesta que no llega. Nadie de AyD ha acudido a inspeccionar la zona, no hay maquinaria ni cuadrillas de reparación, y lo único que sigue fluyendo con fuerza es el drenaje.
Falta de coordinación y rendición de cuentas
Este caso también evidencia otro de los problemas crónicos de la administración pública en Nuevo León: la falta de coordinación interinstitucional y de mecanismos eficaces de rendición de cuentas. Cuando las fugas ocurren, la responsabilidad se diluye entre autoridades municipales, estatales y organismos descentralizados como AyD. Esto deja a la ciudadanía sin una instancia clara a la cual acudir.
Mientras tanto, los problemas se prolongan, los reportes se acumulan y las soluciones no llegan. Esto no solo erosiona la confianza de la ciudadanía, sino que también genera una percepción de impunidad y desinterés por parte de quienes deberían garantizar el acceso a servicios públicos dignos.
Además, es inadmisible que ante una problemática tan visible, ninguna autoridad haya dado la cara para ofrecer explicaciones o disculpas, ni se haya comprometido con una solución concreta.
¿Y la inversión prometida?
El anuncio de los 713 millones de pesos para infraestructura sanitaria parece hoy más un recurso mediático que una política efectiva. ¿Dónde está esa inversión? ¿Qué colonias han sido beneficiadas? ¿Dónde están los avances? La opacidad con la que se manejan estos recursos refuerza la percepción de que el gobierno actual está más interesado en la imagen pública que en resolver los problemas de fondo.
La crisis del drenaje debería ser una de las prioridades de la administración estatal, no solo por razones sanitarias, sino también porque refleja el grado de eficiencia y capacidad de respuesta del aparato gubernamental. Ignorar este tipo de emergencias es negligente, peligroso y, sobre todo, inaceptable en un estado que presume ser “moderno y eficiente”.
Una semana de silencio oficial
Mientras los días pasan, el drenaje sigue corriendo. La colonia Valle de Casablanca sigue padeciendo la peste constante, los reportes siguen sin respuesta y las promesas del gobierno quedan como simple retórica. Esta es la otra cara de un estado que aumenta tarifas, presume modernidad, pero abandona a sus ciudadanos.
El caso de San Nicolás debe ser un llamado urgente para que se actúe de inmediato, se atienda la fuga, se castigue la negligencia y, sobre todo, se reconozca que los servicios públicos no pueden ser una moneda de cambio política ni un accesorio de campaña.