El pasado 20 de junio, se registro un sismo en Chiapas, un nuevo movimiento telúrico que, aunque de moderada magnitud, reavivó la atención sobre la actividad sísmica constante que afecta al país. Según los datos preliminares proporcionados por el Servicio Sismológico Nacional (SSN), la alerta sísmica indicó que el temblor alcanzó los 4.2 grados de magnitud y se registró a las 6:28 de la mañana en las cercanías de Pijijiapan, ubicado a 108 kilómetros al suroeste de dicho municipio.
Aunque no se reportaron daños materiales ni víctimas por el sismo en Chiapas, este evento vuelve a recordar la vulnerabilidad sísmica de México, cuya ubicación geológica lo expone diariamente a movimientos de diversas intensidades. Las autoridades reiteraron la importancia de mantenerse informados a través de los canales oficiales, ya que los datos preliminares de este tipo de eventos están sujetos a revisión y actualización conforme avanza el análisis técnico.
SISMO Magnitud 4.2 Loc 108 km al SUROESTE de PIJIJIAPAN, CHIS 20/06/25 06:28:37 Lat 14.90 Lon -93.81 Pf 16 km pic.twitter.com/x9jod9Wyh4
— Sismologico Nacional (@SismologicoMX) June 20, 2025
La Alerta Sísmica Permite Observar Las Coordenadas Y Profundidad Del Movimiento
El epicentro del sismo en Chiapas fue localizado en las coordenadas 14.90 grados de latitud y -93.811 grados de longitud, con una profundidad de 16.1 kilómetros bajo la superficie terrestre. Esta profundidad, considerada intermedia, favoreció que el temblor fuera perceptible en varias zonas, aunque sin generar daños relevantes.
Desde el primer reporte del SSN, se aclaró que la información es preliminar. Los sistemas de monitoreo continúan evaluando las características exactas del evento, por lo que los valores de magnitud, ubicación y profundidad pueden ajustarse posteriormente con mediciones más precisas.
Este tipo de ajustes es habitual en los protocolos sismológicos, ya que las estaciones de medición recaban datos que son analizados en tiempo real y posteriormente refinados con base en la información acumulada de los distintos sensores desplegados en la región.
México Y Su Contexto Tectónico
El territorio mexicano forma parte de una de las zonas sísmicas más activas del planeta. Las placas de Cocos, del Pacífico, de América del Norte y del Caribe interactúan permanentemente en esta región, generando decenas de movimientos cada día. La mayoría de estos sismos son de baja magnitud, por lo que resultan imperceptibles para la población.
No obstante, los episodios de magnitudes superiores, como el sismo en Chiapas, recuerdan que la actividad sísmica es un fenómeno constante. Los especialistas subrayan que, a pesar del desarrollo tecnológico, los sismos no se pueden predecir. Actualmente, no existe ningún sistema en el mundo capaz de anticipar con certeza la fecha, hora o lugar de un próximo movimiento telúrico.
¿Por Qué No Siempre Suena La Alerta Sísmica?
Tras cada sismo, una pregunta recurrente surge entre la ciudadanía: ¿por qué no sonó la alerta sísmica? La respuesta depende de diversos factores técnicos que explican el funcionamiento de este sistema de advertencia temprana.
La Alerta Sísmica Mexicana opera mediante una red de 96 sensores ubicados desde Bahía de Banderas (Jalisco) hasta el Istmo de Tehuantepec. Estas estaciones detectan los movimientos de tierra y, si identifican un sismo de suficiente intensidad y ubicación estratégica, envían una señal por ondas de radio a los centros urbanos cubiertos por el sistema.
Actualmente, la alerta sísmica tiene cobertura directa en ocho ciudades principales: Guadalajara, Acapulco, Chilpancingo, Morelia, Puebla, Colima, Oaxaca y Ciudad de México. Si el epicentro ocurre fuera de esta franja o si la energía liberada es menor al umbral programado, el sistema puede no activarse. Además, si el sismo se produce muy cerca de una de las ciudades cubiertas, es posible que las ondas sísmicas lleguen casi simultáneamente al aviso, reduciendo el tiempo de anticipación.
El organismo encargado de la operación de este sistema es el Centro de Instrumentación y Registro Sísmico (CIRES), que mantiene en funcionamiento esta red nacional de prevención.
México, La Alerta Sísmica Y Su Riesgo Sísmico Permanente
Los mexicanos conocen bien el impacto devastador que los grandes sismos han dejado en la historia del país. Aunque el sismo en Chiapas fue de magnitud moderada, los recuerdos de los eventos más graves permanecen vivos en la memoria colectiva.
El terremoto más fuerte registrado en México ocurrió el 28 de marzo de 1787, con epicentro en la costa de Oaxaca. Alcanzó una magnitud de 8.6 grados y generó un tsunami que penetró más de seis kilómetros tierra adentro, afectando severamente a las comunidades costeras.
Este evento histórico ha sido objeto de numerosos estudios científicos. Un análisis del propio CIRES, publicado en 2009, advierte que el fenómeno ocurrido en 1787 podría repetirse en el futuro, ya que la región conocida como la Brecha de Guerrero sigue acumulando gran cantidad de energía sísmica sin liberación total desde hace siglos.
Los Terremotos Más Recordados: 1985 Y 2017
Dos de los eventos sísmicos más traumáticos de las últimas décadas ocurrieron en fechas coincidentes, el 19 de septiembre, lo que ha contribuido a una particular carga simbólica sobre ese día en México.
El sismo de 1985, registrado a las 7:19 horas, alcanzó una magnitud de 8.2 grados, con epicentro en las costas de Guerrero. Las imágenes de destrucción en la Ciudad de México recorrieron el mundo. Miles de personas perdieron la vida y el país quedó marcado por una profunda transformación social y política tras la catástrofe.
A pesar de que se pensaba improbable vivir un desastre similar en corto tiempo, 32 años después, el 19 de septiembre de 2017, otro terremoto azotó el centro del país. Esta vez, con epicentro entre Puebla y Morelos, a las 13:14 horas, el movimiento dejó un saldo de 369 fallecidos y severos daños estructurales en varios estados.
Estos dos eventos han reforzado la cultura de la prevención en México. Cada año, durante los simulacros nacionales realizados precisamente el 19 de septiembre, millones de personas participan activamente para recordar la importancia de estar preparados.
Continuar Con La Prevención Y La Educación Sísmica
Aunque el reciente sismo en Chiapas, Pijijiapan no dejó consecuencias graves, su ocurrencia subraya la importancia de mantener una educación permanente sobre los fenómenos sísmicos. Las autoridades de protección civil insisten en que la población debe conocer las rutas de evacuación, los puntos seguros dentro de sus hogares o centros de trabajo, así como tener preparados kits de emergencia con insumos básicos.
Los especialistas también recuerdan que la información oficial debe ser consultada únicamente en fuentes acreditadas como el SSN o el CIRES, evitando caer en rumores o desinformación que suelen circular en redes sociales después de estos eventos.
La ubicación geográfica de México obliga a mantener una cultura constante de prevención sísmica, más allá de la existencia de tecnologías de una alerta sísmica. La experiencia acumulada en desastres anteriores ha permitido desarrollar protocolos más robustos de respuesta, pero el riesgo nunca desaparece.
El reciente sismo en Chiapas se suma así a la larga lista de movimientos telúricos que diariamente sacuden el territorio nacional. Aunque la mayoría son imperceptibles, cada evento recuerda que el riesgo sigue latente y que la preparación continua es la mejor herramienta para enfrentar cualquier eventualidad.