Una inversión millonaria, múltiples promesas de modernización y una realidad que parece sacada de una sátira. Eso es lo que enfrentan diariamente miles de ciudadanos que abordan los nuevos camiones del transporte público en el área metropolitana de Monterrey. Pese a las afirmaciones del gobernador Samuel García, las unidades adquiridas por su administración no cuentan con WiFi gratuito como prometió y, para colmo, sus pantallas digitales muestran rutas inexistentes en ciudades de China.
Sin WiFi y con pantallas fallidas
En un recorrido realizado por la plataforma MILENIO-Multimedios, se constató que los camiones verdes adquiridos por el Gobierno del Estado carecen de conexión WiFi y presentan fallas en los tableros electrónicos, que en lugar de indicar correctamente las rutas locales, muestran destinos como “Guangzhou” y “Hetaixin City”.
Uno de los casos más evidentes fue documentado en una unidad que circula por el municipio de Guadalupe. En su interior, el tablero electrónico indica que el camión se dirige a la “Estación del tren de Guangzhou”, una ciudad en el sureste de China que se encuentra a más de 13 mil kilómetros de distancia. Por fuera, la misma unidad marca “Hetaixin City”, nombre que en realidad corresponde a una configuración predeterminada de software en los autobuses fabricados en Asia, no a una ruta de transporte urbano en Nuevo León.
Esta situación no solo causa confusión entre los pasajeros, sino que pone en evidencia el grado de improvisación con el que se han implementado estos “avances tecnológicos”.
Samuel García prometió modernización, pero entregó fallas
Durante su administración, Samuel García ha presumido una supuesta transformación en el sistema de transporte público, centrada en la adquisición de camiones eléctricos y ecológicos. Estos vehículos, dijo en su momento, contarían con WiFi gratuito, aire acondicionado, pantallas inteligentes y accesibilidad universal.
Sin embargo, en los hechos, esas promesas se desmoronan. No sólo no existe conexión a internet en las unidades —como ya se había denunciado previamente—, sino que ahora los tableros digitales presentan errores que parecen broma: envían a los pasajeros a ciudades asiáticas ficticias o inexistentes en el contexto urbano local.
¿Destino Félix U. Gómez o China?
Uno de los errores más absurdos se registró en la Ruta 228, que va del municipio de Guadalupe a la Avenida Félix U. Gómez en Monterrey. Pero quienes abordan el camión difícilmente lo sabrán, ya que el interior indica que va a Guangzhou y el exterior a Hetaixin City.
Aunque pudiera parecer una simple falla técnica, lo cierto es que la señalización digital es fundamental para que las personas identifiquen correctamente las rutas. La ambigüedad genera incertidumbre y puede afectar especialmente a adultos mayores, personas con discapacidad y a quienes no están familiarizados con las rutas del área metropolitana.
Este error de software no es aislado. De hecho, se detectaron otras dos unidades con la misma falla, justo frente a la estación del Metro Eloy Cavazos, una zona altamente transitada donde se espera que el servicio sea eficiente y claro.
Los camiones fallan desde que llegaron
Esta no es la primera vez que se reportan fallas en los camiones traídos desde Shanghái. En agosto pasado, MILENIO-Multimedios ya había dado a conocer otro caso relacionado con la Ruta 223 Evolución, donde una unidad indicaba que se dirigía a Expo Guadalupe, pero el sistema marcaba nuevamente como destino la ciudad de Guangzhou.
La unidad en cuestión, de la marca asiática ANKAI, circuló durante varias semanas mostrando el error en la pantalla trasera. Esta información fue confirmada por los números de placas (A-26713-R) y el número económico (228). Al igual que otras unidades, estos vehículos fueron adquiridos como parte del contrato con la empresa TICSA, una de las tantas que han participado en la importación de estos camiones.
Una inversión de más de 2,500 millones de pesos
Más allá del desatino en la programación, lo más preocupante es el costo del proyecto. De acuerdo con los registros públicos, tan solo el 27 de julio de 2021 el gobierno estatal compró 400 unidades por un total de 2 mil 521 millones 978 mil pesos, a través de las empresas Forza Arrendadora y LRD.
Estos camiones, lejos de representar una solución al problema del transporte, se han convertido en una carga para el erario y un nuevo símbolo de la desconexión entre las decisiones gubernamentales y las necesidades reales de la ciudadanía.
¿Qué dice el Gobierno? Nada
A pesar de las múltiples irregularidades, el gobierno de Samuel García no ha dado explicaciones claras sobre las fallas técnicas en los camiones ni sobre el incumplimiento en la instalación del WiFi.
No hay reportes públicos de sanciones a las empresas proveedoras ni evidencias de que el estado haya exigido correcciones inmediatas. Tampoco se ha informado si los errores afectan a todas las unidades o si existe un calendario para su reparación.
La opacidad es una constante.
¿Qué tan graves son estas fallas?
Aunque pueda parecer un detalle menor que los camiones indiquen un destino ficticio, la realidad es que estos errores reflejan la falta de control en los contratos, la escasa supervisión del software instalado y la ausencia de pruebas antes de poner los vehículos en circulación.
Además, al tratarse de un servicio público esencial que involucra miles de millones de pesos del presupuesto estatal, la exigencia de calidad debería ser máxima. Y sin embargo, ni el WiFi prometido, ni la señalización básica están garantizados.
Opinión pública: descontento e ironía
En redes sociales, las imágenes de los camiones “viajando” a ciudades de China se han vuelto virales. Muchos ciudadanos han tomado el tema con humor, pero también con indignación: ¿cómo es posible que con tanto dinero invertido, los camiones no sean capaces ni de mostrar su destino correcto?
La crítica se centra también en la falta de respuesta del gobierno y en lo que muchos consideran un intento fallido de “modernización” que solo ha servido para tomarse la foto, pero no para mejorar la movilidad.
¿Y el WiFi? Bien, gracias
La otra gran promesa del gobierno de Samuel García —el WiFi gratuito en todas las unidades— también quedó en el olvido. Aunque forma parte de los requisitos del contrato y fue uno de los principales puntos promocionados por el gobernador, hasta la fecha no hay evidencia de que esté funcionando en las rutas reportadas.
Ni siquiera se ha publicado un informe oficial que muestre qué porcentaje de unidades cuenta realmente con ese servicio.
¿Y ahora qué?
Mientras los errores siguen sin corregirse, los ciudadanos continúan pagando con su tiempo, su paciencia y sus impuestos por un servicio deficiente. Los tableros mal configurados y la ausencia de conectividad son solo síntomas de un problema mayor: la falta de planificación y transparencia en el gasto público.
Es momento de exigir explicaciones, soluciones y responsabilidades claras.
Lo que prometía ser un modelo de transporte moderno, sustentable y conectado, terminó siendo un proyecto con fallas técnicas básicas y promesas incumplidas. El caso de los camiones con destinos asiáticos ficticios es solo la punta del iceberg.
Con una inversión superior a los 2,500 millones de pesos, el transporte público de Nuevo León merece mucho más que pantallas mal configuradas y excusas. Merece respeto, profesionalismo y, sobre todo, un gobierno que esté dispuesto a corregir el rumbo en lugar de seguir vendiendo humo.