En el marco del 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, cuatro jóvenes denunciaron en redes sociales haber sido víctimas de abuso sexual por parte de un entrenador de gimnasia del Instituto Estatal de Cultura Física y Deporte de Nuevo León (INDE) cuando eran menores de edad. Las declaraciones generaron gran impacto en la comunidad deportiva y social, lo que llevó a la inmediata reacción de las autoridades deportivas del estado.
Las víctimas relataron que los hechos ocurrieron entre 2015 y 2016, cuando ellas formaban parte de equipos de gimnasia a nivel local y representaban a Nuevo León en competencias nacionales. Según sus testimonios, los abusos se cometieron dentro del entorno deportivo sin que ninguna autoridad interviniera para protegerlas.
Cómo se Dieron a Conocer los Testimonios
Todo comenzó con una publicación en redes sociales donde una de las jóvenes compartió su experiencia. Tras esta revelación, otras tres mujeres se sumaron a la denuncia pública, asegurando haber sufrido situaciones similares con el mismo entrenador.
Una de las denunciantes, Camila, expresó en su publicación: “Ninguna otra niña debería pasar por esto, abrazo a mi yo de 10 años”. Su testimonio rápidamente se viralizó, generando indignación y apoyo por parte de la comunidad.
Otras jóvenes también hicieron públicas sus experiencias, señalando que el entrenador utilizaba su posición para acercarse a ellas de manera inapropiada. En algunos casos, mencionaron que imponía ejercicios de alto riesgo con el pretexto de ayudarlas a mejorar su rendimiento y, posteriormente, utilizaba lesiones para justificar contactos físicos inapropiados.
Separación del Entrenador y Respuesta del INDE
Luego de la difusión de estos testimonios, el INDE emitió un comunicado en el que anunció la separación del entrenador señalado, a pesar de que no se había presentado una denuncia formal ante la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León.
“A pesar de no tener una denuncia o queja formal sobre el hecho, la Dirección General del INDE decidió dar de baja al entrenador de gimnasia mencionado”, indicó el organismo.
El anuncio fue recibido con opiniones divididas. Algunos aplaudieron la decisión de actuar rápidamente, mientras que otros señalaron que no es suficiente, ya que el entrenador pudo haber cometido más abusos en el pasado y exigen que se inicien investigaciones oficiales.
El Impacto en la Comunidad Deportiva
Las denuncias han generado una ola de reacciones en la comunidad deportiva de Nuevo León. Exgimnastas y entrenadores han expresado su apoyo a las víctimas, mientras que otros han manifestado su preocupación sobre la falta de mecanismos de protección para los menores dentro del ámbito deportivo.
Uno de los puntos más polémicos es el hecho de que, según personas cercanas a las víctimas, en 2015 ya se había presentado al menos una denuncia ante la Fiscalía, pero no se tomaron acciones contundentes. En su momento, algunos padres optaron por retirar a sus hijas del gimnasio en lugar de continuar con el proceso legal, por miedo a represalias o porque no confiaban en que las autoridades tomaran medidas efectivas.
La Relación del Entrenador con el Gimnasio y la Asociación Gimnástica del Estado
Las víctimas han señalado que el entrenador tenía vínculos familiares con la dueña del gimnasio donde ocurrieron los abusos, lo que podría haber facilitado la impunidad. Según denunció Camila en su publicación: “Un abusador no puede estar a cargo de un gimnasio y menos rodeado de niños. Mucho menos que la dueña del Gimnasio Klass, Martha Adriana Hinojosa García, mamá de mi abusador Damazo Rodríguez Hinojosa, sea parte de la Asociación Gimnástica del Estado de Nuevo León”.
Esta acusación ha generado cuestionamientos sobre el papel de la Asociación en la supervisión de los entrenadores y las medidas que deben implementarse para evitar que este tipo de casos sigan ocurriendo en el deporte infantil y juvenil.
¿Por Qué las Víctimas Rardaron en Hablar?
Uno de los factores que influyó en el silencio de las víctimas durante años es el miedo a represalias y la falta de apoyo institucional. En sus testimonios, las denunciantes expresaron que, cuando intentaron hablar sobre lo ocurrido, fueron calladas por compañeras, familiares de los agresores y personas del entorno deportivo.
Fernanda, otra de las afectadas, narró un episodio ocurrido en la Olimpiada Nacional de 2015, cuando el entrenador entró a su cuarto por la noche y le hizo tocamientos: “Todavía recuerdo cómo tronaban sus pies al caminar y se puso al lado de mi cama. Empezó a tocarme y entré en un momento de shock”.
Su relato señala que al día siguiente, el entrenador intentó entrar nuevamente a la habitación, pero las gimnastas ya habían ideado un plan para evitar que ocurriera lo mismo. Sin embargo, el daño ya estaba hecho y el miedo a denunciar prevaleció por años.
La Importancia de Garantizar Espacios Seguros en el Deporte
Este caso pone sobre la mesa la necesidad urgente de reforzar los protocolos de seguridad dentro del ámbito deportivo. Organismos como el INDE y la Asociación Gimnástica del Estado deben establecer medidas estrictas para prevenir situaciones similares y garantizar que las víctimas puedan denunciar sin miedo a represalias.
Algunas acciones que podrían implementarse incluyen:
- Creación de un canal de denuncias anónimo y accesible.
- Capacitación obligatoria en derechos de los menores y prevención del abuso para entrenadores y personal deportivo.
- Supervisión estricta de las interacciones entre entrenadores y deportistas menores de edad.
- Consejería y apoyo psicológico para víctimas de abuso dentro del deporte.
¿Qué Sigue en este Caso?
Aunque el INDE ya separó al entrenador de su cargo, muchas preguntas quedan en el aire. ¿Habrá una investigación formal por parte de las autoridades? ¿Las víctimas podrán recibir justicia después de tantos años? ¿Se tomarán medidas efectivas para evitar que esto vuelva a ocurrir?
Este caso ha generado un debate sobre la impunidad y la falta de protección en el deporte infantil y juvenil. La sociedad y las instituciones tienen la responsabilidad de garantizar que ninguna otra niña o niño pase por lo mismo.
Las víctimas han dado un paso valiente al alzar la voz y ahora corresponde a las autoridades asegurarse de que sus denuncias no queden en el olvido.