Problemas De Transporte Público Provoca Que Miles De Personas Pierdan Hasta 6 Horas Por Día En Espera
La falta de camiones sigue agravando el colapso del transporte público en el área metropolitana de Monterrey. A pesar de las promesas del Gobierno estatal y la constante propaganda, la realidad en las calles muestra otra cara: miles de personas pierden hasta 6 horas por falta de camiones cada día para ir y venir de sus trabajos.
Los tiempos de espera no solo no han disminuido, sino que aumentan semana con semana. Las filas de más de 100 personas se repiten en múltiples puntos de la ciudad. El recorrido diario hacia el trabajo se ha convertido en una odisea para quienes dependen del transporte colectivo.
Mientras tanto, el Gobierno insiste en promover la supuesta adquisición masiva de camiones. Pero en las calles, la pregunta que más se repite es: ¿dónde están esos camiones?
Una Rutina De Desgaste Físico Y Mental Diario
Personas como Belén Armendáriz, habitante de García, viven un verdadero martirio todos los días. Ella debe salir de su casa antes de las 5 de la mañana, cuando aún es de noche, para poder llegar a su trabajo en San Jerónimo.
Al final del día, regresa a su casa a las 11 de la noche. Su jornada completa le deja apenas unas horas para dormir y volver a empezar. Todo esto, por la simple razón de que el transporte público no da abasto.
La situación la obliga a tomar dos camiones de la Ruta 234, cuando antes solo necesitaba uno. Este cambio, lejos de representar una mejora, ha duplicado el tiempo y el desgaste físico en sus traslados.
Otros testimonios se repiten con historias similares: trabajadores, estudiantes y adultos mayores enfrentan el mismo suplicio día con día, con poco o ningún apoyo institucional para resolver esta crisis.
Filas Masivas Y Horarios Críticos En Toda La Ciudad Por Falta De Camiones
Las largas filas no son exclusivas de las zonas periféricas. En municipios como San Pedro, las filas se extienden por avenidas como Lázaro Cárdenas, Vasconcelos, Gómez Morín y Corregidora.
En San Nicolás, frente a la Clínica 6 del IMSS, los lunes a viernes se acumulan más de 350 personas en tres filas diferentes esperando camiones. Los horarios más caóticos van de 5:00 a 8:00 de la mañana, y por la tarde, de 17:00 a 20:00 horas.
La saturación no distingue sectores. La misma imagen se repite en puntos como la Y Griega, la Alameda, la Expo Guadalupe, el Palacio Federal, la Carretera a Colombia y Avenida Sendero, en municipios como Guadalupe, Monterrey y Escobedo.
La realidad supera cualquier campaña mediática. La gente pasa horas de pie, al rayo del sol o bajo la lluvia, aguardando un camión que muchas veces simplemente no llega.
Millonaria Inversión, Nulo Resultado En Las Calles
Durante casi cuatro años de gestión estatal, el Gobierno asegura haber invertido más de 23 mil 665 millones de pesos en el arrendamiento de camiones, la mayoría de origen chino. Esta inversión corresponde al periodo de diciembre de 2021 a junio de 2025.
Sin embargo, la crisis en las calles contradice esos números. No se han visto mejoras sustanciales en la cobertura ni en los tiempos de espera, y muchas rutas han sido incluso eliminadas, como denuncian los propios afectados.
La publicidad oficial se enfoca en mostrar camiones nuevos, pero no muestra las filas ni los rostros de quienes esperan durante horas, todos los días, sin respuesta ni alternativas.
El mensaje que recibe la ciudadanía es claro: el gasto público no se traduce en soluciones reales. El transporte público sigue siendo un sistema roto, desconectado de las necesidades diarias de la población trabajadora.
¿Dónde Están Los Camiones, Gobernador?
Frente a esta contradicción entre inversión y resultados, la molestia crece. En puntos de espera como la esquina de Rufino Tamayo y Lázaro Cárdenas, en San Pedro, la gente no solo espera, sino que exige respuestas.
“¿Dónde están los camiones, Samuel?”, cuestionó recientemente un ciudadano harto de la espera. No es un caso aislado: esta frase se ha convertido en un reclamo colectivo que refleja la desesperación de miles de personas.
La ausencia de soluciones concretas, sumada a la constante promoción de supuestos avances, ha generado una ruptura en la confianza. La ciudadanía no solo exige transporte, exige respeto a su tiempo y su dignidad.
El Tiempo Perdido Por Falta De Camiones También Es Una Crisis Social
Perder hasta 6 horas al día por falta de camiones no solo implica una molestia logística. Implica menos tiempo con la familia, menos horas de descanso y más estrés acumulado.
Esto afecta el desempeño laboral, escolar y emocional de las personas. En el largo plazo, genera impactos en la salud, la productividad y el tejido social. La crisis del transporte se convierte así en una crisis humana y comunitaria.
Quienes más la padecen son las personas de menores ingresos, que no tienen la opción de usar un automóvil o pagar transporte privado. Es una crisis de desigualdad, profundizada por la inacción gubernamental.
La falta de camiones no solo deja a la gente esperando en las esquinas. También les roba calidad de vida, oportunidades y horas que nunca recuperarán.
