Reportes Desde Múltiples Municipios del Área Metropolitana
La noche del lunes 24 de marzo se convirtió en una jornada de alarma para miles de habitantes del área metropolitana de Monterrey, cuando un fuerte olor a gas se percibió en distintas colonias de municipios como Guadalupe, Juárez, Escobedo, Apodaca, San Nicolás, Monterrey, San Pedro y Santa Catarina.
Desde antes de las 22:00 horas, ciudadanos comenzaron a compartir su preocupación a través de redes sociales, etiquetando a autoridades municipales y estatales, así como al servicio de Protección Civil de Nuevo León. Los reportes aumentaron conforme avanzaba la noche, y aunque brigadistas se desplegaron en diversos puntos de la ciudad, hasta la mañana siguiente no se había identificado el origen del olor.
Colonias Afectadas y Preocupación Ciudadana
Entre las colonias donde se reportó el olor a gas están 3 Caminos, Adolfo Prieto, Linda Vista, La Azteca y Vicente Guerrero en Guadalupe; Las Golondrinas, Valles de Huinalá y Noria Norte en Apodaca; así como La Moderna, Obrerista, Cumbres y Valle Verde en Monterrey. También hubo reportes desde Colinas de la Sierra, en San Pedro, y el Centro de Santa Catarina.
Los vecinos expresaron su temor ante la posibilidad de una fuga o derrame peligroso. “Pensamos que era una fuga en la casa, pero el olor venía de fuera y era muy fuerte”, comentó una habitante de la colonia La Azteca. Otros señalaron que el aroma característico del gas Mercaptano era inconfundible y que no era la primera vez que ocurría algo similar.
El Comunicado Oficial: Muchas Palabras, Pocas Respuestas
En un comunicado, el municipio de Guadalupe informó que se realizaron operativos preventivos tras recibir 83 reportes de olor a gas en al menos 23 colonias. Sin embargo, a pesar de los despliegues y recorridos, no se logró detectar el origen del aroma. El texto oficial señala que “no se registraron personas lesionadas” y que “el olor característico al gas Mercaptano se pudo percibir en la zona Nor-Oriente”.
El resto de los municipios afectados no emitió informes detallados. Protección Civil del Estado solo confirmó que se realizaron revisiones, pero no hubo ninguna conclusión ni hipótesis clara sobre el fenómeno.
Esta falta de información ha causado molestia y desconfianza entre la ciudadanía, que exige saber qué es lo que realmente está ocurriendo.
Un Episodio Que se Repite: Enero También Huele Mal
Este incidente recuerda lo ocurrido el pasado 24 de enero, cuando también se reportó un fuerte olor a azufre en varias zonas del área metropolitana. En esa ocasión, el gobierno estatal atribuyó el fenómeno a emisiones de la Refinería de Cadereyta, operada por Pemex, aunque no se presentó ninguna prueba técnica ni se realizó una investigación transparente.
En ambos casos, los olores fueron percibidos de forma generalizada, durante varias horas, y afectaron múltiples municipios. Pero lo que también se ha repetido es la ausencia de información clara, la falta de medidas preventivas inmediatas y una evidente falla en los protocolos de comunicación del gobierno estatal.
¿Qué es el Gas Mercaptano y Por Qué Alarma?
El Mercaptano, también conocido como metanotiol, es un compuesto químico que se utiliza para dar olor al gas natural, el cual es inodoro por naturaleza. Su presencia permite detectar posibles fugas en instalaciones domésticas e industriales.
Sin embargo, cuando el olor se percibe de forma masiva, como ocurrió recientemente, las implicaciones pueden ser graves: desde una fuga en ductos de distribución, hasta una emisión industrial no controlada o incluso una falla estructural en algún sistema de gasoductos o plantas.
Este tipo de compuestos pueden afectar la salud en exposiciones prolongadas, provocando náuseas, dolor de cabeza, mareos e irritación en ojos y garganta. De ahí que la preocupación ciudadana no sea exagerada, sino una reacción legítima ante un posible riesgo ambiental.
Silencio Institucional: Una Constante Preocupante
Uno de los aspectos que más ha indignado a la población es la falta de comunicación oficial por parte del Gobierno del Estado de Nuevo León. Mientras los reportes inundaban redes sociales y medios de comunicación, el gobernador Samuel García no emitió ningún mensaje ni realizó alguna declaración sobre el tema.
La estrategia de ignorar o minimizar este tipo de situaciones ha sido una constante en la administración estatal, lo cual genera una sensación de abandono e indefensión entre los ciudadanos. En un contexto donde la contaminación, la falta de agua, y los problemas de movilidad ya afectan la vida diaria, este tipo de omisiones profundizan la crisis de confianza en el gobierno.
¿Falla de Monitoreo Ambiental?
Otro punto clave es la ausencia de un sistema efectivo de monitoreo ambiental. Aunque existen algunas estaciones de medición del aire en el área metropolitana, no hay mecanismos públicos ni en tiempo real que alerten a la población sobre posibles emisiones de gases peligrosos.
Además, la mayoría de los reportes oficiales carecen de datos técnicos: no se informa sobre concentraciones químicas, ni se presentan estudios que ayuden a entender lo que sucede. Esto revela una falta de capacidad institucional y voluntad política para proteger el medio ambiente y la salud pública.
Una Oportunidad Para Exigir Transparencia
Ante la falta de respuestas, diversos colectivos ambientales y ciudadanos han comenzado a organizarse para exigir una investigación independiente. Algunas agrupaciones ya han solicitado que se realicen muestreos del aire y análisis de calidad ambiental en las zonas afectadas.
También se ha propuesto que los municipios instalen sensores de calidad del aire en puntos estratégicos, y que el estado publique un protocolo de actuación para situaciones similares. “No podemos seguir respirando sin saber qué estamos inhalando”, comentó un vocero del colectivo Respira NL.
¿Qué Podemos Hacer Como Ciudadanos?
Mientras las autoridades sigan sin dar respuestas, los ciudadanos deben mantenerse atentos y organizados. Algunas acciones recomendadas incluyen:
- Reportar cualquier nuevo incidente con precisión de hora y lugar a Protección Civil y a medios confiables.
- Documentar en redes sociales los hechos, incluyendo videos, fotos y testimonios.
- Exigir a los gobiernos municipales y estatal que informen con claridad y tomen medidas preventivas reales.
- Presionar a las autoridades para que inviertan en monitoreo ambiental y difundan la información públicamente.
- Participar en colectivos o agrupaciones ciudadanas que luchan por la transparencia y el derecho a un medio ambiente sano.
El Costo de la Opacidad Institucional
Lo que ocurrió con el olor a gas no puede verse como un evento aislado. Es reflejo de un patrón más amplio de omisión gubernamental, donde las prioridades parecen estar más en el marketing político que en la gestión efectiva de problemas reales. El silencio del gobierno de Samuel García no solo preocupa: indigna.
En lugar de actuar con responsabilidad, brindar explicaciones técnicas y prevenir riesgos, el Estado opta por callar, evadir y esperar a que el tema se diluya en la conversación pública. Pero mientras eso ocurre, la gente sigue respirando un aire potencialmente contaminado sin saberlo.
Regios Respiramos Incertidumbre
El olor a gas en Monterrey no es solo un problema ambiental, sino un síntoma de un gobierno incapaz de atender lo esencial. La salud pública, la seguridad ambiental y el derecho a la información son aspectos básicos en cualquier democracia. Cuando estos derechos son ignorados, la ciudadanía tiene todo el derecho a indignarse y exigir respuestas.
Mientras el gobernador guarda silencio, las preguntas crecen: ¿Qué respiramos esa noche? ¿Puede volver a pasar? ¿Estamos realmente protegidos? La única certeza es que, hoy por hoy, respiramos incertidumbre.