En las entrañas de la política mexicana, #NarcoPresidenteAML04 y #NarcoCandidataClaudia4 se esparcen como fuego en Twitter, manteniéndose virales durante casi un mes. ¿La razón? Una investigación del Departamento de Justicia de EE. UU. que destapa los oscuros lazos entre el Cartel de Sinaloa y la campaña de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en 2006, así como conexiones similares con la candidata Claudia, arrojando una luz cruda sobre la amalgama corrupta de política y narcotráfico en México.
Conexiones entre AMLO y cárteles de droga
En un contexto donde las acusaciones de nexos entre aliados de AMLO y cárteles de la droga no son precisamente una rareza, las revelaciones recientes arrojan luz sobre posibles encuentros entre operadores de cárteles y asesores cercanos a López Obrador.
A pesar de la evidencia acumulada, las autoridades estadounidenses optaron por archivar la investigación, argumentando convenientemente una supuesta falta de voluntad para enfrentar a uno de los principales aliados del país.
La trama se complica con detalles que señalan reuniones entre confidentes cercanos a AMLO y líderes del Cártel de Sinaloa antes de su victoria en 2018, así como supuestos pagos millonarios a aliados del presidente por parte de fundadores de los Zetas tras su elección.
Además, se sugiere la existencia de videos que retratarían a los hijos de AMLO recibiendo fajos de dinero del narcotráfico. López Obrador, en su estilo característico, niega todo categóricamente, calificando las acusaciones como “completamente falsas”.
Dinero, Reuniones y la Relación con El Chapo
Los investigadores desentrañan pagos de presuntos operadores de cárteles a intermediarios de López Obrador, destacando uno de estos pagos en coincidencia con la visita del presidente al estado de Sinaloa en marzo de 2020.
Durante esta visita, se reunió con la madre de “El Chapo” Guzmán, actualmente cumpliendo condena en una prisión estadounidense.
En un país donde la corrupción y el narcotráfico parecen entrelazarse a niveles insospechados, las revelaciones de estas investigaciones no hacen más que subrayar la cruda realidad detrás de las aparentes fachadas políticas.
Mientras México se hunde en la inseguridad, la conexión entre el poder y el crimen organizado parece más clara que nunca, dejando a los ciudadanos en busca desesperada de justicia en un escenario marcado por la impunidad.