Desde este 17 de junio, entra en vigor en todo el país la Ley Silla, una reforma que representa un avance en los derechos laborales en México. Esta nueva disposición modifica la Ley Federal del Trabajo (LFT) al reconocer, de forma clara, el derecho al descanso durante la jornada laboral, especialmente para las personas que permanecen de pie durante varias horas.
A partir de ahora, los centros de trabajo están obligados a proporcionar sillas con respaldo a sus empleados para que puedan tomar pausas. También se prohíbe que los empleadores obliguen a los trabajadores a mantenerse de pie durante toda la jornada, práctica común en muchos sectores, especialmente en el comercio y los servicios.
Este cambio responde a una demanda histórica de distintos sectores laborales, quienes por años denunciaron los efectos negativos de mantenerse de pie sin descanso. Ahora, con la Ley Silla, se reconoce legalmente que estar de pie por largas horas puede generar daños a la salud y disminuir la productividad.
Reconocen el derecho al descanso
Con esta reforma, el país da un paso importante en la modernización de sus políticas laborales, incorporando medidas que ya existen en otros países de América Latina desde hace décadas. La Ley Silla establece que los empleadores deben permitir a sus empleados hacer pausas activas o de descanso, especialmente si su trabajo se realiza de pie.
Además, obliga a las empresas a destinar un espacio específico para colocar los asientos, aunque no exige que las sillas estén directamente en el área de trabajo. Esto permitirá a los trabajadores tomar pausas en un lugar definido, sin interferir con la operación del centro laboral.
La Ley Silla busca proteger la salud de los trabajadores
Antes de esta reforma, la Ley Federal del Trabajo ya mencionaba la obligación de contar con un número suficiente de sillas, pero no lo vinculaba con el derecho a descansar o a proteger la salud postural. En muchos casos, las sillas eran vistas únicamente como herramientas de apoyo para realizar tareas, no como un medio para recuperar energía o reducir molestias físicas.
Esta nueva interpretación marca un cambio de fondo. Ahora, el descanso en una silla forma parte del marco legal, al igual que otros derechos recientes como las vacaciones dignas y la desconexión digital. Estos ajustes reflejan un nuevo enfoque en el bienestar físico y mental del trabajador mexicano.
¿Qué empresas deben cumplir con esta ley?
La Ley Silla no es universal para todos los sectores. Está enfocada en áreas como el comercio, servicios, atención al cliente, vigilancia y hospitalidad, donde las personas suelen pasar muchas horas de pie. En estos casos, la empresa debe proporcionar asientos con respaldo y permitir el descanso periódico.
Para los centros laborales industriales, como fábricas o plantas de producción, la disposición sólo se aplicará si la naturaleza del trabajo lo permite. Esto significa que no se exigirá en tareas que, por seguridad o por requerimientos técnicos, deban realizarse de pie o en movimiento constante.
A pesar de esta distinción, todas las empresas deberán revisar sus reglamentos internos de trabajo para adaptarse a esta nueva obligación. Esto implica no solo la compra de sillas, sino también la asignación de espacios, la definición de horarios de descanso y la capacitación del personal para aplicar correctamente las pausas sin afectar la operación.
Plazos para aplicar la Ley Silla
Tienen hasta diciembre para adecuarse a la reforma
Aunque la reforma ya está en vigor, las empresas contarán con 180 días naturales para hacer los ajustes necesarios en su normativa interna. Esto significa que la fecha límite para cumplir con la Ley Silla será el 14 de diciembre de 2025. A partir de entonces, las empresas que no hayan adaptado su reglamento interno podrán enfrentar sanciones.
Por otro lado, la Secretaría del Trabajo y Previsión Social (STPS) tiene 30 días naturales desde la entrada en vigor para publicar las disposiciones técnicas que definirán los factores de riesgo asociados con la postura vertical prolongada. Estos lineamientos serán clave para entender cómo se debe implementar esta reforma en los distintos sectores.
Además, cada empresa deberá tomar decisiones específicas sobre cómo se usarán las sillas, en qué momentos se permitirán las pausas y cómo se controlará su cumplimiento. Aunque la ley establece la obligación general, serán los reglamentos internos los que definirán los detalles operativos en cada centro de trabajo.
¿Por qué se considera una medida necesaria?
Esta regulación no es nueva a nivel mundial. De hecho, México tenía un retraso significativo en materia de descanso postural frente a países como Chile, Uruguay y Argentina, que desde hace varias décadas han incorporado disposiciones similares en sus marcos laborales. En el caso chileno, la diferencia era de más de 100 años.
Además de cerrar esa brecha histórica, la Ley Silla responde a estudios recientes sobre salud ocupacional. Publicaciones especializadas como Gait and Posture han documentado que estar de pie más de 40 minutos seguidos puede generar síntomas clínicamente relevantes, especialmente en la zona lumbar. Es decir, no es solo una incomodidad: puede convertirse en un problema médico serio.
¿Por qué la implementación de Ley Silla era urgente en México?
Entre los padecimientos asociados a esta práctica se encuentran la fatiga crónica, várices, dolores musculares, fascitis plantar y lumbalgia, así como lesiones en las rodillas y los tendones. Estas afectaciones no solo disminuyen la calidad de vida de los trabajadores, también aumentan el ausentismo y afectan la productividad de las empresas.
Por eso, esta reforma es vista como un avance importante para equilibrar las condiciones laborales, especialmente en sectores donde históricamente no se han respetado los derechos de descanso, y donde muchas personas trabajan sin pausas adecuadas durante extensas jornadas.