El arquero de Tigres, Nahuel Guzmán, se convirtió en el protagonista no solo por su desempeño en el empate ante Necaxa, sino por levantar la voz ante una práctica que sigue presente en los estadios del futbol mexicano: el grito discriminatorio. Tras disputar su partido número 500 en la Liga MX, el guardameta utilizó el foco mediático para exigir acciones firmes por parte de las autoridades del futbol nacional.
Tigres empata con Necaxa en un juego tenso
El partido entre Tigres y Necaxa, correspondiente a la ida de los cuartos de final del Clausura 2025, no fue el mejor en cuanto a espectáculo, pero dejó varias postales para el análisis. Mientras el equipo local mostró superioridad en varios tramos del encuentro, fue Nahuel Guzmán quien evitó que los Rayos se llevaran la ventaja a Monterrey. Con varias atajadas clave, el arquero fue la figura indiscutible del encuentro.
Sin embargo, más allá del análisis deportivo, lo que marcó la noche fue un hecho extra cancha. Durante el transcurso del partido, volvió a escucharse el grito prohibido desde las gradas del estadio Victoria, una acción que ha sido ampliamente condenada por organismos nacionales e internacionales debido a su carácter ofensivo y discriminatorio.
Nahuel alza la voz y exige castigos
En la zona mixta posterior al encuentro, Nahuel Guzmán no dudó en expresar su molestia y preocupación por la presencia de este tipo de comportamientos en los estadios mexicanos. “Me gustaría denunciar públicamente el tema del grito. No se puede permitir más”, declaró el argentino, visiblemente serio.
El arquero no solo pidió a la Liga MX que reconozca la gravedad del problema, sino que exigió que los responsables de tomar decisiones “pongan el reglamento sobre la mesa” y actúen con firmeza. Para Guzmán, la solución no está en las campañas mediáticas o en simples llamados a la conciencia, sino en aplicar sanciones ejemplares que frenen de una vez por todas esta conducta reiterativa.
Con una trayectoria consolidada en el futbol mexicano y reconocido por su liderazgo dentro y fuera del campo, el arquero fue tajante: “Que pongan los huevos sobre la mesa quienes los tengan que poner y tomen las decisiones que tengan que tomar”. La frase, dura pero contundente, refleja el hartazgo de muchos jugadores ante la falta de consecuencias reales por estas manifestaciones ofensivas.
El protocolo existe, pero no se aplica
Uno de los puntos que Nahuel Guzmán criticó abiertamente fue la falta de aplicación del protocolo establecido por la Federación Mexicana de Futbol y la Liga MX para frenar el grito discriminatorio. Según el guardameta, el protocolo ha sido creado, pero raras veces se activa en su totalidad, lo cual resta seriedad al compromiso de erradicar estas prácticas.
“Esto no es por mí, el grito no me lastima a mí. Lastima a todo el futbol mexicano”, dijo Guzmán, en una de las declaraciones más resonantes de la noche. Su señalamiento apunta directamente a la responsabilidad institucional que recae en los dirigentes del futbol nacional.
Si bien la FIFA ha presionado a federaciones de todo el mundo para sancionar este tipo de actos con suspensión de partidos o pérdida de puntos, en México los castigos han sido inconsistentes. El reclamo de Guzmán parece ir dirigido precisamente a este doble discurso: se condena públicamente, pero no se actúa en consecuencia.
El mensaje va más allá del partido
La intervención de Nahuel Guzmán no debe ser vista solo como una reacción emocional post-partido, sino como un llamado urgente a las autoridades del futbol mexicano para asumir su responsabilidad. La figura de un jugador con 500 partidos en primera división tiene peso, y sus palabras pueden abrir un nuevo capítulo en la discusión sobre la discriminación en el deporte.
El futbol, como espacio público y de entretenimiento masivo, no puede permitir expresiones de odio que atenten contra la dignidad de cualquier persona. Por eso, más allá de las camisetas o los colores, el mensaje de Guzmán interpela a todos: directivos, aficionados, medios y jugadores.
¿Tomará acción la Liga MX?
Hasta el momento, ni la Comisión Disciplinaria ni la Liga MX han emitido un comunicado sobre lo ocurrido en el estadio Victoria. Tampoco se ha informado si habrá una investigación o sanción formal al Club Necaxa por la conducta de su afición. La presión, sin embargo, está sobre la mesa.
Declaraciones como las de Nahuel Guzmán generan ruido, pero también incomodidad. Y si ese ruido logra mover estructuras o generar conciencia, entonces habrán cumplido su objetivo.