La más reciente encuesta de percepción ciudadana de la plataforma “Alcalde, ¿Cómo Vamos?” dejó al descubierto lo que miles de familias ya sienten a diario: los tiempos de traslado en Nuevo León se han disparado hasta niveles insostenibles.
El problema no es menor. Se trata de una crisis que golpea directamente el bolsillo, la salud y la calidad de vida de la población. Sin embargo, el gobernador Samuel García sigue sin presentar un plan serio, dejando a los municipios y a la ciudadanía atrapados en un tráfico interminable y en un transporte público cada vez más deteriorado.
Movilidad Se Convierte En El Principal Problema
Por primera vez en la historia de la encuesta, la movilidad desplazó a la inseguridad y a la economía como el mayor dolor de cabeza para los habitantes. Esto refleja un deterioro tan grave que ya no se puede ocultar con discursos ni campañas de imagen.
La encuesta reveló que el 46% de la población considera al transporte público como el rubro más crítico. Un sistema colapsado, con unidades viejas, tiempos de espera interminables y tarifas que no corresponden con el servicio recibido.
Mientras tanto, el parque vehicular crece sin control. Hoy circulan más de 1 millón 749 mil autos en el área metropolitana, un dato que explica por qué las avenidas se han convertido en auténticos estacionamientos.
Municipios Dan La Cara, El Estado Brilla Por Su Ausencia
En el foro “¿Cómo tener la movilidad que merecemos?”, Luis Ávila, director de la plataforma ciudadana, reconoció el esfuerzo de algunos municipios que han implementado rutas urbanas para aliviar la crisis.
Pero lanzó un recordatorio incómodo: el transporte público es responsabilidad exclusiva del Gobierno del Estado, no de los municipios.
“Es importante recordar que la facultad de transporte público, per se, es del Estado. Los municipios están implementando rutas alternativas, pero no pueden cobrarlas porque no tienen esa facultad. Aun así, tienen el derecho de proveer soluciones ante un problema tan grave”, declaró Ávila.
En pocas palabras: los municipios hacen lo que pueden, pero el gobernador Samuel García es quien debería estar dando la cara.
Aumentan tiempos de traslado en auto y transporte público, revela Cómo Vamos Nuevo León 🚍https://t.co/tqXb0qT3UR
— @telediariomty (@telediariomty) September 25, 2025
Promesas Contra Realidad
Durante su campaña, Samuel García prometió transformar el transporte con nuevas líneas de metro y con proyectos modernos de movilidad. Tres años después, lo que la encuesta refleja es muy distinto: los traslados son más largos, el transporte más deficiente y las ciclovías prácticamente inexistentes en la mayoría de los municipios.
Los ciudadanos no perciben avances reales. Al contrario, el hartazgo crece porque se sienten abandonados frente a un gobierno estatal más preocupado por cuidar la imagen del mandatario que por resolver el caos vial.
Ciclovías: El Olvido De Samuel
Otro dato que exhibe la falta de visión del actual gobierno es el rezago en infraestructura para la movilidad no motorizada. En todo el área metropolitana apenas existen 65 kilómetros de ciclovía, la mayoría concentrados en Monterrey, San Pedro y Escobedo.
Municipios como García, Juárez y San Nicolás están en cero. Una cifra que refleja el desprecio por opciones sustentables. Mientras en otras ciudades del mundo las ciclovías son la base de una movilidad moderna, en Nuevo León siguen siendo una ocurrencia decorativa.
Semana De La Movilidad: Mucho Discurso, Pocas Soluciones
La Semana de la Movilidad 2025 se convirtió en un espacio de diagnósticos repetidos. Autoridades de Guadalupe, Monterrey y colectivos ciudadanos volvieron a exponer los mismos problemas de siempre: traslados cada vez más largos, estrés crónico, contaminación y pérdida de productividad.
Sin embargo, del gobierno estatal no salió una propuesta clara. Ni un anuncio de inversión real, ni una estrategia a corto plazo. Solo discursos vacíos mientras los ciudadanos pierden horas de su vida atrapados en avenidas saturadas.
Costos Ocultos De La Crisis
El caos vial en Monterrey y su zona metropolitana tiene un costo silencioso pero devastador. Cada hora que los trabajadores pasan en el tráfico es tiempo perdido para la familia, para el descanso y para la productividad económica.
Los traslados extensos también generan estrés crónico, enfermedades respiratorias por la contaminación y desigualdad social, ya que las familias con menos recursos dependen del transporte público más deficiente.
En este contexto, la falta de acción del Estado no solo es negligencia, es una renuncia a garantizar derechos básicos de movilidad.
Comparación Con Otras Ciudades
Mientras que capitales latinoamericanas como Medellín, Bogotá o incluso Ciudad de México han avanzado en sistemas integrados de transporte y ciclovías masivas, Nuevo León se hunde en el rezago.
El contraste es vergonzoso. No se trata de dinero, sino de voluntad política. El hecho de que municipios improvisen rutas urbanas mientras el Estado se lava las manos demuestra un vacío de liderazgo en el tema más urgente para la ciudadanía.
Samuel García Y La Movilidad: Un Desdén Peligroso
La encuesta confirma lo que los ciudadanos ya saben: el gobernador Samuel García no ha tomado en serio la crisis de movilidad.
Las promesas de metro se quedaron en anuncios espectaculares. Las alternativas de movilidad sustentable no aparecen. Y las calles, día tras día, se convierten en un campo de batalla donde lo único seguro es perder horas valiosas de vida.
La población ya no pide lujos ni megaproyectos, pide soluciones reales: un transporte público eficiente, más ciclovías, mejor planeación vial y coordinación efectiva entre municipios y Estado.
Una Bomba De Tiempo
La crisis de movilidad en Nuevo León no es un tema secundario, es un problema que puede detonar consecuencias sociales y económicas graves. Cada día que el gobierno estatal posterga soluciones, el costo para la ciudadanía aumenta.
La encuesta de “Alcalde, ¿Cómo Vamos?” es clara: los tiempos de traslado se han disparado y los habitantes responsabilizan directamente al Estado.
El gobernador Samuel García puede seguir en eventos, discursos y giras de imagen, pero la realidad es innegable: la movilidad es la herida abierta de Nuevo León, y la omisión de su gobierno ya se convirtió en un acto de irresponsabilidad.