La esperada llegada de 2 mil nuevos camiones urbanos en Nuevo León, prometida como un alivio a los problemas de movilidad en el área metropolitana, ha resultado en un desencanto para los usuarios, porque aún tienen que enfrentar tiempos de espera inaceptables. A pesar de la inversión millonaria y el subsidio otorgado a los transportistas, los resultados hasta ahora son decepcionantes.
El retraso de más de un año en la implementación de estos camiones ya generaba dudas entre la población y, ahora que ya llegaron, los problemas persisten. La reestructura de rutas, que se suponía concluiría con la incorporación de estos nuevos vehículos, apenas ha alcanzado un modesto 26 por ciento de avance, según información reciente.
Tan solo 79 de las 298 rutas y ramales operan bajo la nueva modalidad, bajo la cual Gobierno estatal controla los ingresos de las unidades y paga a las empresas transportistas por kilómetro de servicio. La falta de mejora en el servicio es evidente, y los propios testimonios de los ciudadanos sólo lo confirman.
Escasez de camiones, exceso de demanda
Una usuaria, Olga Torres, compartió su experiencia: tuvo que esperar casi una hora para abordar un camión de la ruta “Pilares-Central de Autobuses”. A pesar de la llegada de los nuevos camiones, la falta de cupo y la escasa frecuencia de los mismos han llevado a situaciones frustrantes para los usuarios. Torres destaca que pierde hasta cinco horas diarias en el transporte, evidenciando la insuficienciente oferta de camiones para atender la abrumadora demanda de la población.
El problema de la movilidad en Nuevo León no es nuevo, y las decisiones de este gobierno, dirigido por Samuel García, han contribuido a agravarlo. El déficit en el número de camiones comenzó en 2015 con la congelación de tarifas, lo que resultó en una reducción significativa de autobuses disponibles, pasando de 4 mil 550 a 2 mil 700. A pesar de la adquisición de 2 mil nuevas unidades en 2021, el servicio no ha mejorado lo suficientemente, y no siempre de manera aparente, como lo evidencian las continuas quejas de los usuarios.
Falta de eficiencia por parte de gobierno de Nuevo León
La inversión millonaria de casi 10 mil millones de pesos destinada a la compra de camiones y el subsidio de 45 millones de pesos otorgado a los transportistas plantean interrogantes sobre qué tan eficiente es la gestión de recursos del Gobierno de Nuevo León, encabezado por Samuel García. Los ciudadanos merecen respuestas claras sobre el destino de estos fondos y la efectividad de las medidas implementadas.
Es lamentable que, a pesar de los esfuerzos para mejorar la movilidad, el gobierno estatal no haya proporcionado información transparente sobre el avance de la reestructura y el proceso de asignación de los nuevos camiones. La falta de respuesta a las solicitudes de información de medios de comunicación refuerza la percepción de opacidad en la administración gubernamental.
La movilidad en Nuevo León sigue siendo un problema no resuelto, y la gestión del Gobierno de Samuel García en este aspecto específico deja mucho que desear. Los usuarios merecen un sistema de transporte público eficiente y confiable, y es responsabilidad del gobierno garantizar que las inversiones se traduzcan en mejoras tangibles en la calidad de vida de la población. La crítica constructiva es esencial para impulsar cambios positivos y exigir cuentas a quienes tienen la responsabilidad de velar por el bienestar de los ciudadanos.
En última instancia, la crisis en la movilidad de Nuevo León no solo destaca la falta de planificación efectiva, sino también la necesidad urgente de una revisión exhaustiva de las políticas gubernamentales. Los ciudadanos merecen un sistema de transporte público que refleje sus necesidades y una administración transparente que rinda cuentas. La crítica persistente es esencial para fomentar mejoras significativas y recordar a las autoridades su compromiso con el bienestar de la sociedad.