La construcción de la Línea 4 y Línea 6 del Metro en Monterrey ha encendido las alarmas entre especialistas y colectivos ambientales, quienes exigen una intervención inmediata de la Profepa para frenar los daños en el Río Santa Catarina y los arroyos. La preocupación se centra en el incumplimiento del gobernador Samuel García sobre el impacto ambiental otorgado por la Semarnat, el cual estipula medidas estrictas para el manejo y disposición de residuos generados durante la obra.
Acusan incumplimiento de Samuel García en permisos
El biólogo Antonio Hernández advirtió que el Gobierno de Nuevo León no ha respetado los lineamientos establecidos en la autorización de impacto ambiental. Este permiso obliga a que todos los residuos generados por la Línea 4 del Metro sean manejados adecuadamente y retirados del cauce del río para evitar daños permanentes al ecosistema.
“El Metro tiene una autorización de impacto ambiental otorgada por la Semarnat, en la cual se define que todos los residuos que generen por la implementación de las obras deben contar con una autorización y disposición final”, afirmó Hernández. Según el especialista, el incumplimiento es evidente y debería ser motivo suficiente para que la Profepa actúe de manera inmediata y sancione al Gobierno estatal.
El biólogo también subrayó que la función de la Profepa no se limita a revisar el cumplimiento de permisos, sino que tiene la responsabilidad de sancionar a quienes infringen la normativa. “No están cumpliendo esa condicionante del permiso, y quien debe intervenir es la Profepa, porque la institución que revisa el cumplimiento en los resolutivos que da la Semarnat es precisamente la Profepa”, añadió Hernández.
El especialista fue claro al señalar que no solo se trata de un problema administrativo, sino de un riesgo ambiental serio. Si los residuos permanecen en el cauce, la vegetación del tramo norte no podrá regenerarse, la capacidad de flujo de agua disminuirá y se comprometerá la barrera natural que protege la infraestructura cercana al río.
La Conagua exige retiro inmediato
Además del llamado de los especialistas, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) ya había ordenado el retiro de los rellenos de tierra y escombro hace un mes. Sin embargo, la Secretaría de Movilidad y Planeación Urbana de Nuevo León, responsable de la obra, aún no ha dado cumplimiento a esta instrucción.
La acumulación de residuos en el Río Santa Catarina ha sido evidente desde hace meses. El pasado 24 de mayo, el periódico EL NORTE documentó gráficamente el estado del río, donde se observan montículos de tierra y escombro que ocupan una parte significativa del cauce. Esta situación resulta especialmente alarmante debido a la cercanía de la temporada de lluvias, cuando el flujo del río se incrementa y los materiales acumulados pueden causar obstrucciones graves, inundaciones y daños en la infraestructura urbana.
Andrea Villarreal, integrante del colectivo Un Río en el Río, también exigió que las autoridades estatales cumplan la orden de la Conagua y actúen con coherencia.
“Exigimos que se cumpla y que exista congruencia entre el discurso estatal de protección al río y sus acciones”, comentó Villarreal.
El colectivo subraya que no es la primera vez que el Gobierno de Nuevo León incurre en contradicciones, promoviendo políticas públicas “verdes” mientras en la práctica permite y ejecuta acciones que dañan los recursos naturales. La falta de respuesta inmediata ha generado una creciente molestia entre la ciudadanía y las organizaciones civiles, quienes perciben una falta de compromiso real por parte de las autoridades.
🚨 Mientras Samuel presume “progreso”, su gobierno invade los arroyos La Talaverna y Conductores con la Línea 6 y mantiene rellenos en el Río Santa Catarina con la Línea 4, ignorando riesgos ambientales y órdenes federales.
— Minuto Cero (@Minuto_Cero_NL) June 30, 2025
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Samuel García presume protección ambiental
Mientras tanto, el Gobernador Samuel García continúa promocionando la declaratoria para proteger el Río Santa Catarina, un anuncio que contrasta con las acciones reales que se están llevando a cabo en el cauce. Esta declaratoria, que en teoría busca garantizar la integridad ecológica del río, se ve empañada por la colocación de toneladas de tierra y escombro, un acto que va en sentido opuesto al discurso oficial.
El Río Santa Catarina, símbolo natural de Monterrey y parte esencial de su identidad urbana, ha sido testigo de múltiples intervenciones a lo largo de los años. Sin embargo, la actual situación ha llevado a un punto crítico, al evidenciar la contradicción entre las políticas anunciadas y las acciones efectivas.
Por si fuera poco, la administración estatal, bajo el mando de Samuel García, ha evitado fijar un plazo claro para el retiro de los residuos, lo que profundiza la desconfianza ciudadana y la percepción de que las promesas de conservación ambiental son meramente retóricas. La falta de transparencia y la omisión en el cumplimiento de los lineamientos ambientales alimentan la crítica pública y ponen en riesgo la reputación del Gobierno de Nuevo León en materia ambiental.
Línea 6 del metro también afectaría arroyos
Mientras la atención pública está centrada en el Río Santa Catarina, surge otra preocupación: la Línea 6 del Metro. Para esta nueva línea, la constructora Mota-Engil solicitó una Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) para ocupar zonas federales de los arroyos La Talaverna y Conductores, ubicados en el municipio de San Nicolás.
La propuesta incluye la construcción de Patios y Talleres en el área del Arroyo Conductores, además de la instalación de dos columnas del viaducto elevado en la zona del Arroyo La Talaverna. Ambos arroyos se localizan en el sector La Fe y se unen posteriormente en Apodaca, para finalmente desembocar en el Río Pesquería.
“Los Patios y Talleres (en el Arroyo Conductores), junto con los pilares del Arroyo Talaverna, constituyen componentes críticos para garantizar la operatividad y durabilidad del sistema”, argumenta la empresa en su solicitud de MIA.
El proyecto contempla diversas instalaciones, incluyendo edificios administrativos, talleres de mantenimiento mayor y menor, subestaciones eléctricas, vías de prueba, almacenes y áreas técnicas auxiliares. Según la descripción incluida en la MIA, el predio donde se desarrollará el proyecto actualmente presenta una comunidad arbórea con diversidad moderada-baja, característica de entornos urbanos.
Además, el documento menciona la instalación de dos pilares tipo C2-02 localizados sobre la zona federal del Arroyo Talaverna, lo que incrementa la preocupación de los ambientalistas y especialistas por el posible daño a estos cauces naturales.
Inacción de Samuel García y riesgo inminente
La acumulación de tierra y escombro en el Río Santa Catarina y el posible impacto en los arroyos por la Línea 6 del Metro ponen en evidencia un patrón preocupante de manejo ambiental por parte del Estado. A pesar de las órdenes emitidas por la Conagua, el Gobierno de Nuevo León sigue sin ofrecer una solución clara ni comprometerse con un calendario de cumplimiento.
El incumplimiento de los resolutivos de impacto ambiental, la falta de acciones correctivas y el desinterés en retirar los rellenos representan una amenaza directa no solo para los ecosistemas, sino también para la seguridad de las comunidades cercanas. La temporada de lluvias añade un componente de urgencia, ya que la obstrucción de los cauces podría derivar en inundaciones severas y daños irreversibles en la infraestructura.
Mientras tanto, colectivos como Un Río en el Río y expertos independientes continúan alzando la voz, exigiendo una revisión inmediata por parte de la Profepa y sanciones ejemplares para el Gobierno estatal y Samuel García. La presión ciudadana parece ser el único recurso ante la inacción oficial.
Necesidad de un cambio de enfoque en el metro
La situación actual invita a reflexionar sobre el modelo de desarrollo urbano que se está promoviendo en Monterrey y su área metropolitana. La falta de congruencia entre el discurso ambientalista y las acciones concretas genera desconfianza y alimenta el desencanto ciudadano.
La protección del Río Santa Catarina y de los arroyos La Talaverna y Conductores no debe ser vista como un obstáculo para el progreso, sino como una condición indispensable para garantizar un desarrollo verdaderamente sostenible. El respeto a los ecosistemas urbanos y la correcta gestión de los residuos de construcción son fundamentales para mantener la resiliencia ambiental de la región.
Hacia una política ambiental real
La urgencia de una revisión profunda por parte de la Profepa no solo responde a una cuestión legal, sino a una necesidad moral y social. Los ciudadanos exigen al gobernador Samuel García coherencia y responsabilidad, ya que las autoridades deben demostrar con acciones concretas su compromiso con el medio ambiente.
La situación del Río Santa Catarina y los arroyos afectados por las nuevas líneas del Metro se han convertido en un caso emblemático de la falta de planeación ambiental y la poca disposición a cumplir con las normativas. Esta problemática pone sobre la mesa la importancia de implementar políticas públicas basadas en la protección ambiental real y no en discursos de ocasión.
Mientras no se cumplan las órdenes de retiro y no se sancione a los responsables, el mensaje que se envía es de impunidad y desdén por el entorno natural. La ciudadanía, por su parte, continuará vigilante y exigiendo acciones que prioricen la vida y el bienestar colectivo sobre los intereses económicos y políticos.