En el árido paisaje climático de Nuevo León, las esperanzas de lluvia para los próximos meses se desvanecen, según los pronósticos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). El Director General del Organismo de Cuenca Río Bravo, Luis Carlos Alatorre, revela las sombrías proyecciones para marzo, abril y mayo de 2024.
Marzo: Una Sequía en Desarrollo
El inicio del año no augura bien para Nuevo León en términos de precipitaciones. Según las cifras compartidas por el Dr. Alatorre a través de su cuenta oficial de Twitter, marzo se enfrenta a una reducción del 30 por ciento en comparación con años anteriores. Un promedio histórico de 23.00 mm de lluvia podría descender a tan solo 16.0 mm, marcando un desafío para la provisión de agua en la región.
La disminución de las lluvias en marzo plantea serias preocupaciones para Nuevo León, una región que depende en gran medida de las precipitaciones para abastecer sus reservas de agua. La baja cantidad de agua prevista podría afectar la agricultura, la ganadería y el suministro de agua potable para la población.
Abril: Leves Mejoras para Nuevo León
La llegada de abril no trae consigo un alivio sustancial. Aunque se prevé una ligera mejoría con respecto a marzo, las expectativas siguen siendo sombrías. El promedio de 39.9 mm de lluvia anualmente en Nuevo León podría descender a 32.2 mm en 2024, representando un 19 por ciento por debajo de la norma histórica.
La continuación de la sequía durante abril plantea desafíos adicionales para la seguridad hídrica de la región. La agricultura, que depende en gran medida de la disponibilidad de agua durante la temporada de siembra, podría enfrentar dificultades significativas. Además, la escasez de agua podría aumentar las tensiones entre los diferentes sectores que compiten por recursos limitados.
Mayo: Aumento de la Probabilidad, pero una Captación Disminuida
Con la esperanza puesta en mayo, el mes tradicionalmente más lluvioso en la región, las perspectivas aún no son alentadoras. A pesar de un aumento en la probabilidad de lluvia, las cifras continúan por debajo de los estándares históricos. Históricamente, mayo acumula 64.3 mm de agua; sin embargo, se estima que en 2024 solo se alcancen 58.0 mm, marcando un 10 por ciento por debajo del promedio.
La disminución en la captación de agua durante mayo podría tener consecuencias a largo plazo para la seguridad hídrica de Nuevo León. Las reservas de agua podrían disminuir aún más, lo que podría afectar la disponibilidad de agua para consumo humano, agrícola e industrial en la región. Además, la escasez de agua podría exacerbar los problemas de sequía y desertificación en la zona.
Crisis Hídrica Persistente en Nuevo León
A medida que Nuevo León enfrenta una disminución en las precipitaciones durante los próximos tres meses, la crisis hídrica persiste. Sin embargo, existe un rayo de esperanza en el horizonte. De mayo a septiembre, México experimenta la mayor cantidad de lluvia, representando el 68 por ciento del total anual. El llamado del Director General Alatorre a moderar el suministro y consumo de agua es más urgente que nunca. En este contexto, la ciudadanía y las autoridades deben trabajar juntas para enfrentar los desafíos de la escasez de agua en Nuevo León. La implementación de medidas de conservación del agua, la promoción de prácticas agrícolas sostenibles y la inversión en infraestructura hídrica podrían ayudar a mitigar los efectos de la sequía y garantizar la seguridad hídrica a largo plazo en la región.