La Cortina Rompepicos, ubicada en La Huasteca, Nuevo León, vuelve a estar en el centro de la discusión pública tras las advertencias de especialistas que la consideran una verdadera “bomba de tiempo” para el área metropolitana de Monterrey. La presa, construida sobre un acuífero con filtraciones y afectada por acumulación de sedimentos, requiere de un seguimiento técnico constante que, de acuerdo con investigadores, no se ha garantizado en la actual administración estatal.
Héctor de León Gómez, investigador del Instituto de Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), subrayó que el problema de fondo está en las condiciones geológicas del terreno y en la ausencia de un plan de mantenimiento riguroso. Según explicó, la cortina está asentada sobre un anticlinal con formaciones de agua que ejercen presión interna, lo que la vuelve inestable.
Las declaraciones del especialista reviven la preocupación de ambientalistas, académicos y ciudadanos que desde hace años piden atención urgente a la presa, cuya función principal es proteger a Monterrey y su zona conurbada de inundaciones catastróficas. Sin embargo, advierten que si no se atienden las filtraciones y la presión hidrostática, el remedio podría convertirse en un riesgo mayor.
Advertencia De Expertos Sobre Rompepicos
Durante el Encuentro Metropolitano de Ríos, realizado en la UANL, De León Gómez expuso que al momento de su construcción ya se habían identificado problemas técnicos importantes. El proceso de enclavar el dentellón de la cortina fue especialmente complejo, ya que el agua del acuífero impedía contener la filtración. A pesar de los esfuerzos de bombeo, nunca se logró agotar por completo el flujo subterráneo.
Esto implica que, con el paso de los años, el empuje hidrostático de los sedimentos y del agua subterránea genera movimientos en la estructura. Aunque se trata de una cortina de concreto compactado con rodillo (CCR), considerada rígida y de gran resistencia, el terreno en que se asienta no ofrece condiciones estables.
“Estamos protegiendo a la ciudad de inundaciones, pero si no hay un seguimiento permanente, lo que hoy es un muro de contención podría convertirse en una bomba de tiempo”, advirtió el investigador.
Sus palabras reflejan un temor compartido por diversos sectores: que una obra construida para reducir el riesgo de desastres naturales termine convirtiéndose en el origen de un desastre aún mayor.
Un investigador del Instituto de Ingeniería Civil de la UANL alerta que se le debe dar mantenimiento a la Cortina Rompepicos.#elnortelocalhttps://t.co/GZdRDz7kJJ
— elnortelocal (@elnortelocal) September 24, 2025
Falta De Mantenimiento Estatal
El llamado de los especialistas también abrió nuevamente la discusión sobre la falta de mantenimiento que se le ha dado a la presa Rompepicos en los últimos años. Aunque en 2020, Óscar Bulnes Valero —impulsor de la obra— aseguró que no era necesario un seguimiento constante más allá de un desazolve ocasional, la realidad actual contradice esa postura.
Las recientes observaciones técnicas muestran que la estructura necesita inspecciones periódicas, obras de reforzamiento y trabajos de limpieza de sedimentos para garantizar su estabilidad. Sin embargo, voces críticas señalan que el gobierno estatal, encabezado por Samuel García, ha minimizado estas alertas, privilegiando otros proyectos en lugar de atender riesgos inmediatos para la población.
Colectivos ciudadanos apuntan que la inversión en infraestructura para eventos internacionales, como el Mundial de 2026, contrasta con la escasa atención a obras de prevención que pueden salvar vidas. Para ellos, la Rompepicos se ha convertido en símbolo de la negligencia estatal en materia de seguridad hídrica y protección civil.
Riesgos Para El Área Metropolitana
El impacto de un eventual colapso en la presa Rompepicos sería devastador. Al estar diseñada para contener crecientes de los ríos que descienden de la Sierra Madre Oriental, su falla pondría en riesgo a miles de familias en la zona metropolitana de Monterrey. Colonias enteras podrían verse afectadas por inundaciones súbitas, además de daños irreversibles en infraestructura y pérdidas económicas millonarias.
Los especialistas recalcan que este tipo de obras no son eternas: requieren un seguimiento constante, actualización de sus sistemas de drenaje y un monitoreo del subsuelo para detectar cualquier movimiento anormal. La combinación de sedimentos, filtraciones y presión hidrostática exige un plan de acción inmediato que, hasta ahora, no se ha presentado con claridad.
“Construimos presas para protegernos de inundaciones, pero si no reciben el cuidado necesario, pueden transformarse en un peligro igual o mayor”, enfatizó De León Gómez.
Ciudadanía Demanda Acciones
La reacción de la ciudadanía no se hizo esperar. Tras conocerse las declaraciones del investigador de la UANL, en redes sociales comenzaron a circular mensajes que exigían al gobierno de Samuel García asumir su responsabilidad en el mantenimiento de Rompepicos.
Los usuarios recordaron que, en los últimos meses, las autoridades estatales se han enfocado en obras viales, transporte y preparación de la ciudad para eventos deportivos, pero han dejado en segundo plano temas cruciales como el agua, el drenaje y la infraestructura de contención pluvial.
Además, asociaciones civiles dedicadas a la defensa del medio ambiente insistieron en la necesidad de una auditoría independiente para evaluar el estado real de la presa. A su juicio, no basta con declaraciones aisladas, sino con un plan integral de mantenimiento, financiamiento transparente y la participación de expertos en ingeniería civil, hidrología y protección civil.
¿Rompepicos, Bomba De Tiempo Oportuna?
El concepto de “bomba de tiempo” usado por los especialistas resume la urgencia del caso. La presa Rompepicos fue concebida como un muro de protección, pero la falta de seguimiento amenaza con convertirla en el origen de una catástrofe.
Aunque el gobierno estatal no se ha pronunciado de manera oficial tras estas advertencias, las exigencias de académicos y ciudadanos apuntan a una conclusión clara: es necesario tomar decisiones preventivas antes de que la situación llegue a un punto sin retorno.
El costo de ignorar las advertencias podría ser incalculable, no solo en términos económicos, sino principalmente en vidas humanas.