Nuevo León se enfrenta a una primavera marcada por la sequía, según las proyecciones de la Comisión Nacional del Agua (Conagua). Se estima que durante este periodo del 2024, las precipitaciones disminuirán casi un 40% en comparación con el año anterior. Esta previsión presenta un desafío significativo para la región, especialmente en términos de abastecimiento de agua.
La disminución en las lluvias pronosticadas plantea un escenario preocupante, ya que la región ha experimentado una tendencia a la baja en las precipitaciones durante los últimos años. Este fenómeno no solo afecta la disponibilidad de agua para consumo humano, agrícola e industrial, sino que también repercute en los ecosistemas locales y la agricultura.
Impacto en el Abastecimiento de Agua
Con las presas aún en niveles bajos y una perspectiva de lluvia por debajo del promedio histórico, el estado de Nuevo León se enfrenta a una continua escasez de agua. Las tres principales presas del estado muestran una disminución en su capacidad de almacenamiento en comparación con el mismo período del año pasado. Esta combinación de factores plantea desafíos adicionales para el suministro de agua, especialmente durante los periodos de alta demanda, como el verano.
La capacidad de las presas para retener agua es vital para el suministro continuo a la población y las actividades económicas. La falta de lluvias adecuadas para recargar estos cuerpos de agua compromete la estabilidad del sistema de abastecimiento de agua en la región.
Dificultades para la Recarga de Presas
Según los expertos de Conagua, la recarga adecuada de presas y mantos freáticos requiere al menos 50 milímetros de lluvia durante una semana, una meta actualmente difícil de alcanzar. Las previsiones indican que las lluvias para el período de febrero, marzo y abril de este año serán un 30% inferiores al promedio histórico. Este déficit de lluvia agrava la situación de las presas y aumenta la presión sobre el suministro de agua.
La falta de recarga de los mantos freáticos no solo afecta la disponibilidad inmediata de agua, sino que también puede tener efectos a largo plazo en la calidad y la sustentabilidad de los recursos hídricos subterráneos.
Desafíos Futuros y Aumento de la Demanda
El hidrólogo Alfredo González advierte sobre la posibilidad de problemas de disponibilidad de agua durante los períodos de mayor demanda, como la primavera y el verano. El crecimiento poblacional y el aumento de la demanda durante los meses calurosos intensifican aún más la presión sobre los recursos hídricos.
González subraya que, a medida que la disponibilidad de agua disminuye, existe un riesgo real de enfrentar cortes en el suministro, especialmente durante olas de calor extremas. La necesidad de implementar medidas de conservación del agua y promover prácticas sostenibles de uso del recurso se vuelve cada vez más urgente en este contexto.
La previsión de una primavera más seca y la disminución en los niveles de agua en las presas presentan desafíos significativos para Nuevo León. Es crucial implementar medidas de conservación y gestión del agua para mitigar el impacto de esta situación y garantizar un suministro sostenible en el futuro. La colaboración entre autoridades, comunidades y sectores económicos es fundamental para abordar estos desafíos de manera efectiva y promover la resiliencia frente a la escasez de agua.