La publicidad de Samuel García se ha vuelto imposible de ignorar. Panorámicos, espectaculares y anuncios digitales tapizan Nuevo León, mientras el estado enfrenta crisis de movilidad, inseguridad y contaminación. Lo que el gobierno presenta como “informes de resultados” parece más una campaña de imagen financiada con dinero público.
Millones En Publicidad De Samuel García Mientras Falta Transporte
A donde se mire, aparece el rostro del gobernador. Bajo el lema “En tiempo y forma”, la publicidad de Samuel García inunda avenidas principales y carreteras del estado.
Sin embargo, mientras el mandatario presume orden y progreso, la realidad urbana de Nuevo León se desmorona.
El transporte público sigue colapsado, los embotellamientos son cotidianos y los ciudadanos pasan horas atrapados en el tráfico.
Pese a ello, el gobierno destina millones de pesos en propaganda institucional, en lugar de invertir en mejorar los servicios que más urgen a la población.
La incongruencia es evidente: mientras los camiones se deterioran y los proyectos de movilidad se retrasan, la imagen del gobernador se multiplica en cada esquina.

Críticas Por Exceso De Propaganda Oficial
La saturación de mensajes con la publicidad de Samuel García ha generado descontento entre los ciudadanos.
En redes sociales, muchos califican la estrategia como autopromoción política disfrazada de rendición de cuentas.
“Nos bombardea con su cara mientras vivimos en un caos”, comentó un internauta, reflejando el hartazgo generalizado.
Las críticas apuntan a que el gobernador usa recursos del erario para impulsar su imagen personal rumbo a futuros proyectos políticos, aprovechando el marco de los informes de gobierno.
En contraste, las inversiones en seguridad, transporte y medio ambiente siguen rezagadas, lo que amplifica la sensación de abandono entre la ciudadanía.
Alcaldes Siguen El Ejemplo Y Se Promocionan En Otros Municipios
El fenómeno de la publicidad política no se limita al mandatario estatal.
Varios alcaldes metropolitanos también han replicado la práctica de promocionarse fuera de sus municipios, con mensajes similares a los del gobernador.
El alcalde de Juárez, Félix Arratia, aparece en anuncios en Guadalupe, Monterrey y San Nicolás, mientras que Manuel Guerra, de García, se promociona en Apodaca.
En tanto, la directora del DIF de Santa Catarina, Elizabeth Galicia, fue señalada por tapizar avenidas con su rostro, alegando que la publicidad provenía de un “medio de comunicación”.
Especialistas en transparencia advierten que estas campañas cruzadas violan el principio de territorialidad y podrían implicar uso indebido de recursos públicos.
Entre La Imagen Y La Realidad: Un Estado Que Se Desmorona
La publicidad de Samuel García intenta proyectar estabilidad y avances, pero la realidad contradice el mensaje.
La inseguridad sigue al alza, la movilidad está en crisis y la contaminación del aire se mantiene entre las más graves del país.
Lejos de resolver estos problemas, el gobierno estatal ha preferido enfocarse en el marketing político, utilizando frases triunfalistas y colores institucionales en toda su propaganda.
La distancia entre el discurso y la vida cotidiana de los ciudadanos nunca había sido tan evidente.
El eslogan “En tiempo y forma” ha terminado convertido en burla: en lugar de soluciones, el gobierno entrega una campaña estética sin resultados tangibles.
La tia Andy sabe que el tiempo se acaba y ya anda tirando indirectas muuuuy directas 🌝 pic.twitter.com/NhxGYIt2Gl
— Ivy (@ivytagebuch) October 22, 2025
Propaganda En Tiempos De Descontento
La insistencia en mantener visible la publicidad de Samuel García en todos los rincones del estado parece una estrategia de control de percepción.
Sin embargo, en un contexto de desconfianza social y reclamos ciudadanos, la saturación mediática se percibe como provocación.
Analistas en comunicación política coinciden en que esta práctica erosiona la credibilidad del mandatario, al priorizar su imagen sobre el bienestar de la población.
En un momento donde la movilidad colapsa, la contaminación asfixia y la inseguridad crece, la propaganda no solo resulta insuficiente: resulta insultante.
El gobierno pinta un Nuevo León ideal… pero basta salir a la calle para ver otro muy distinto.






