Real Oviedo, el histórico club asturiano, dio un paso crucial hacia su anhelado regreso a LaLiga al avanzar a la Final del Playoff por el Ascenso, luego de un empate 1-1 en casa frente al Almería, que le bastó para avanzar con marcador global de 3-2. La eliminatoria no estuvo exenta de tensión, emociones y momentos críticos, pero el conjunto dirigido por el serbio Veljko Paunovic supo gestionar la presión y mantener la ventaja adquirida en la ida. Ahora, los Carbayones están a un solo paso de volver a la élite del futbol español.
Tras una larga temporada de lucha y constancia, el equipo ovetense logró superar una dura serie contra un Almería que, aunque mostró espíritu combativo, no logró traducir sus oportunidades en goles. Con este resultado, el conjunto azul espera en la Final a su próximo rival, que saldrá entre el Racing de Santander y el Mirandés, quienes se enfrentan en la otra semifinal.
Un duelo lleno de tensión
El partido de vuelta, disputado en el Estadio Carlos Tartiere, fue un auténtico reflejo de lo que representa un duelo de eliminación directa en el futbol español. El ambiente en el estadio era de máxima expectación, y aunque Real Oviedo llegaba con ventaja tras su victoria en la ida, el panorama se complicó rápidamente para los locales. El Almería, obligado a remontar, salió con una propuesta ofensiva más decidida y logró adelantarse en el marcador con un gol de penalti ejecutado por Gonzalo Melero al minuto 24.
Ese gol encendió las alarmas en la afición carbayona, pues con el 0-1 parcial, el marcador global se empataba 2-2 y las emociones estaban al límite. A pesar del empuje visitante, los locales resistieron hasta el descanso con una desventaja mínima, pero conscientes de que otro gol del rival podría echar abajo todo el trabajo realizado en la ida. Las gradas reflejaban ansiedad, y el nerviosismo era palpable tanto en la afición como en el banquillo local.
No obstante, la reacción del equipo fue inmediata tras el entretiempo. Apenas iniciado el segundo tiempo, Santi Cazorla, el capitán y símbolo del club, apareció al minuto 49 con un gol que desató la euforia. El experimentado mediocampista aprovechó una oportunidad en el área rival para igualar el marcador, devolverle la ventaja global al Real Oviedo y restaurar la esperanza en los aficionados.
A partir de ahí, el equipo de Paunovic supo controlar los tiempos del partido y administrar el resultado. Almería, pese a sus intentos y llegadas, no logró encontrar la contundencia necesaria para forzar una remontada. La defensa local, liderada por una zaga ordenada y un arquero firme bajo los tres palos, supo cerrar los espacios y contener las embestidas rivales.
Paunovic, a un paso del objetivo
El avance del Real Oviedo a la Final representa mucho más que un logro deportivo: es el resultado de un proyecto encabezado por Veljko Paunovic, quien desde su llegada al banquillo se comprometió con el objetivo de regresar al club a la Primera División. En medio de una temporada de altibajos, el entrenador serbio logró consolidar un grupo competitivo y motivado, que ahora se encuentra a un solo partido de cumplir el anhelo de toda una ciudad.
Para Paunovic, este resultado tiene un valor simbólico, ya que es una muestra de que su propuesta de futbol, basada en el orden táctico, el trabajo colectivo y la confianza en los veteranos, puede rendir frutos en los momentos clave. El caso de Santi Cazorla es emblemático: un jugador con trayectoria internacional, que regresó al club de su infancia para aportar experiencia y liderazgo, y que ha respondido con actuaciones determinantes en los momentos de mayor presión.
Mientras esperan a su rival, el Real Oviedo celebra con cautela. La plantilla sabe que aún queda un último paso, quizás el más difícil, pero también el más ilusionante. Ya sea frente al Racing de Santander, un clásico del norte con el que se tiene una fuerte rivalidad histórica, o frente al aguerrido Mirandés, el Real Oviedo buscará cerrar esta campaña con un regreso a LaLiga, algo que no consigue desde la temporada 2000-2001.
El respaldo de la afición será fundamental en la Final, y el club lo sabe. El Carlos Tartiere ha vuelto a rugir con fuerza, y la comunión entre equipo y grada se ha consolidado como una de las fortalezas del conjunto. La ilusión está encendida en Asturias, y la posibilidad de regresar a la máxima categoría ya no es un sueño lejano, sino una meta al alcance.