La región citrícola de Nuevo León vive una de las etapas más críticas de inseguridad en su historia reciente. Municipios como Linares, Montemorelos y Rayones han sido escenario de una creciente ola de violencia criminal directa contra el servicio público, dejando al descubierto la vulnerabilidad de sus autoridades municipales frente a los embates del crimen organizado. Los ataques, asesinatos, desapariciones y amenazas se han vuelto parte del panorama cotidiano, generando un clima de temor e incertidumbre entre los habitantes.
Autoridades Municipales Bajo Amenaza Constante
Durante los últimos tres meses, la presión del crimen organizado ha impactado directamente en el funcionamiento de varios gobiernos municipales en la región. En este periodo se han registrado dos asesinatos de funcionarios públicos, seis detenciones relacionadas con desapariciones forzadas, y el abandono temporal del cargo de un alcalde que huyó ante las amenazas recibidas.
¿Qué Esta Pasando En La Región Citrícola?
Los grupos de violencia criminal no solo buscan controlar los territorios; ahora también ejercen dominio sobre las instituciones locales, debilitando el aparato gubernamental desde adentro. La zona citrícola, conocida tradicionalmente por su producción agrícola, ha pasado a ser territorio en disputa entre cárteles rivales, dejando a sus autoridades atrapadas en medio del conflicto.
El Asesinato Del Subdelegado Del IMSS En Montemorelos
Uno de los episodios más violentos ocurrió el 3 de marzo en Montemorelos. Ese día, el subdelegado del IMSS, Hugo Américo Cavazos Martínez, fue asesinado a balazos mientras conducía su vehículo. Según los reportes, varios vehículos persiguieron al funcionario hasta darle alcance en el Camino a las Puentes, dentro de la colonia Gil de Leyva.
Los agresores dispararon repetidamente contra su camioneta, obligándolo a perder el control hasta detenerse. Cavazos Martínez recibió varios impactos de bala, lo que ocasionó su muerte en el lugar de los hechos. Este ataque marcó el inicio de una secuencia de violencia criminal sistemática contra funcionarios públicos en la región.
Rayones: Un Municipio Paralizado Por El Miedo
Poco después, el 14 de abril, medios como Reporte Indigo documentaron el clima de terror que se apoderó de Rayones, al sur del estado. Las acciones del crimen organizado provocaron el cierre del Palacio Municipal durante varios días, el cese de actividades gubernamentales y la huida del alcalde Rolando Montoya, quien abandonó temporalmente el municipio por temor a ser atacado.
Los pobladores relataron la instalación de retenes ilegales y patrullajes constantes de grupos armados, que impedían el tránsito libre por las carreteras del municipio. El gobierno local quedó prácticamente inoperante mientras los grupos criminales asumían el control de la zona.
El Ataque Mortal Contra El Secretario Del Ayuntamiento De Linares
La situación alcanzó un nuevo nivel de gravedad el pasado 7 de junio. Ese sábado, aproximadamente a las 17:00 horas, el secretario de Ayuntamiento de Linares, Juan Pulido, fue víctima de un ataque armado frente a su domicilio en la colonia Moderna.
Según los informes, Pulido había regresado a su casa y pidió a su escolta que se retirara, ya que no esperaba más actividades oficiales por el resto del día. Minutos después, un hombre armado, presuntamente a bordo de una motocicleta, llegó al lugar y tocó la puerta. Al abrir, el funcionario recibió al menos cuatro impactos de bala.
Aunque fue trasladado aún con vida en helicóptero hacia un hospital ubicado al sur de Monterrey, falleció durante el traslado debido a la gravedad de las heridas. La escena del crimen quedó bajo resguardo de la policía municipal y de elementos de Fuerza Civil, quienes implementaron un operativo en la zona.

Investigación Profunda Sobre Autoridades En Región Citrícola
Apenas dos días después del asesinato, el 9 de junio, la Fiscalía General de Justicia del estado anunció el inicio de una investigación no solo sobre el crimen, sino también sobre las operaciones de la propia policía municipal de Linares. Durante las primeras diligencias surgieron indicios de que varios elementos podrían estar vinculados a la desaparición forzada de al menos dos personas previamente detenidas.
Como resultado, ese mismo día fue detenido el director de la policía municipal, identificado como Ernesto “N”, acusado formalmente por el delito de desaparición forzada. Tras su arresto, la Fuerza Civil asumió temporalmente el control total de la seguridad en Linares.
Más Detenciones Por Presunta Colusión
El 11 de junio, la Fiscalía amplió las detenciones al aprehender a cinco escoltas asignados a Ernesto “N”, también implicados en los casos de desaparición forzada. Estos arrestos profundizaron la desconfianza ciudadana sobre la capacidad real de los gobiernos municipales para mantenerse ajenos a los tentáculos del crimen organizado.
La situación dejó en evidencia el grave nivel de infiltración criminal dentro de las estructuras de seguridad local. Los investigadores ahora exploran posibles redes de corrupción que podrían involucrar a otros funcionarios de bajo y alto nivel.
Cárteles Nacionales Luchan Por El Control Regional
Según explicó el especialista en seguridad Juan Carlos Montero Bagatella, profesor de la Universidad de Monterrey, la violencia criminal actual en la región citrícola de Nuevo León forma parte de un conflicto mucho mayor que involucra a grupos de violencia criminal de alcance nacional. El Cártel del Golfo, con apoyo parcial del Cártel de Sinaloa, y el Cártel del Noreste, respaldado por el Cártel Jalisco Nueva Generación, libran una violenta disputa por el control de la región noreste del país.
Este choque de intereses entre los cárteles de Tamaulipas y Nuevo León se extiende de manera intermitente por municipios fronterizos como Nuevo Laredo, zonas intermedias como Vallecillo, y ahora golpea con fuerza la región citrícola de Nuevo León.
Autoridades Municipales Rebasadas Y Vulnerables
Montero Bagatella señaló que, aunque frecuentemente se acusa a los gobiernos municipales de estar coludidos con el crimen organizado, en muchos casos son víctimas de amenazas, secuestros y asesinatos. Los alcaldes y funcionarios locales suelen carecer de los recursos y la protección suficiente para resistir los embates de la violencia criminal.
“El fenómeno que estamos viendo —explicó— es producto de la guerra por el control de la frontera noreste, principalmente en Tamaulipas y parte de Nuevo León. Mientras Coahuila aparenta más estabilidad, el equilibrio en Nuevo León depende directamente de la pugna criminal en los estados vecinos.”
El académico subrayó que no se trata de un problema exclusivo de un solo estado. La falta de coordinación interestatal y la intervención tardía de los operativos federales —como el denominado Operativo Muralla, que suele activarse después de los crímenes— reflejan una reacción tardía ante hechos consumados.
Crisis En La Región Citrícola Sin Solución A La Vista
La región citrícola de Nuevo León atraviesa un momento de máxima vulnerabilidad institucional. Los ataques sistemáticos contra autoridades, el desplazamiento de funcionarios, las detenciones de policías municipales y el dominio territorial de los cárteles han sumido a los municipios afectados en un vacío de gobernabilidad.
Mientras tanto, la población permanece atrapada entre dos fuegos: un gobierno local sin capacidad de respuesta y organizaciones criminales que extienden su control. La región enfrenta el reto urgente de reconstruir sus instituciones, proteger a sus autoridades y frenar la violencia criminal que se expande cada vez más hacia el sur de Nuevo León.