Durante su participación en el foro “Momento Mexicano N3XT” del Club Harvard en la Universidad Regiomontana (U-Erre), el Gobernador de Nuevo León, Samuel García, arremetió contra los programas de asistencia social del Gobierno federal, calificándolos como “dádivas” y cuestionando su impacto económico. Sin embargo, sus palabras contrastan fuertemente con el gasto millonario que su propia administración ha realizado en eventos masivos, tarjetas de apoyo personalizadas y subsidios financiados con recursos estatales.
Esta contradicción ha generado numerosas críticas en redes sociales y entre expertos en políticas públicas, que señalan la doble moral del mandatario al condenar acciones que él mismo practica, pero bajo otra narrativa.
Las críticas de Samuel García al Gobierno federal
En el evento organizado por el Club Harvard, Samuel García abordó el tema de la situación económica del país y aprovechó para lanzar una crítica abierta a los programas sociales del Gobierno de México. “La gran oportunidad es no regalar el dinero”, dijo. Añadió que no entiende cómo el país puede permitir que “700 mil millones de pesos se vayan así nada más”, en referencia al presupuesto destinado a programas sociales federales.
Más adelante, el gobernador sugirió que en lugar de entregar dinero sin condiciones, se debería establecer una lógica de intercambio, como pedir a los beneficiarios que colaboren en labores públicas.
“¿Por qué dar? Mejor tener un programa para que el ciudadano me ayude a limpiar los ríos, los arroyos y las calles: 8 mil pesos mensuales. El Gobierno debería pedir algo a cambio, no nada más decir: ‘Ahí les va’”, añadió.
Aunque se presentó como una crítica constructiva, el mensaje no tardó en generar polémica por la evidente contradicción con las propias políticas de gasto del gobierno estatal.
¿Cuánto gasta el Gobierno de Samuel García en “dádivas”?
Tan solo seis horas antes de la declaración de Samuel García, su administración ofreció una conferencia de prensa para explicar el cambio de tarjetas con las que se dispersa dinero a más de 65 mil beneficiarios de apoyos estatales. En 2025, el Gobierno de Nuevo León presupuestó 772.1 millones de pesos para programas de asistencia como apoyos alimentarios, a jefas de familia, personas con discapacidad y cuidadoras.
Además de esos montos, el Estado destina al menos 330 millones de pesos en subsidios al transporte público. A esto se suman eventos masivos organizados por la administración, que tienen un costo aproximado de 25 millones de pesos por concierto, muchos de los cuales han sido fuertemente promocionados con la imagen del gobernador.
Todo esto sin contar campañas de difusión institucional con presencia de la imagen de Samuel García, así como giras y presentaciones públicas en diferentes puntos del país, bajo el discurso de “promoción de Nuevo León”.
El gasto en imagen y eventos masivos
Uno de los puntos más criticados por especialistas en finanzas públicas es el uso recurrente de recursos estatales para eventos masivos, conciertos y giras, que si bien pueden considerarse parte de estrategias de difusión o entretenimiento comunitario, también funcionan como herramientas de posicionamiento político y personal.
La organización de conciertos multitudinarios, como el del cantante Maluma o el evento “Luces del Norte”, ha sido cuestionada por su alto costo. En múltiples ocasiones, los contratos para estos espectáculos han sido solicitados vía transparencia por medios locales y ciudadanos, revelando cifras que superan los 20 millones de pesos por evento.
A esto se suma el uso de tarjetas personalizadas con el rostro o nombre de Samuel García, lo que para muchos representa una forma de promoción personal con recursos públicos, lo cual contrasta directamente con su crítica a las “dádivas” federales.
Doble moral y oportunismo político
Analistas políticos señalan que el gobernador adopta un discurso contradictorio que depende del contexto. Por un lado, se posiciona como opositor a las políticas de asistencia federal, y por otro, implementa programas similares en Nuevo León, aunque bajo una narrativa de “capacitación”, “beneficio temporal” o “incentivo”.
El problema no es solo de forma, sino de fondo: usar recursos públicos para beneficios clientelares puede generar dependencia política, fomentar la falta de transparencia y limitar el impacto real de las políticas sociales. Mientras critica los programas federales por “regalar dinero”, él mismo reparte tarjetas sin mayores mecanismos de evaluación de impacto o resultados tangibles.
Además, su discurso promueve la idea de que la gente “debería trabajar” a cambio de apoyo, lo cual podría estigmatizar a quienes reciben estos recursos como flojos o incapaces, sin considerar las condiciones estructurales de pobreza o desigualdad que enfrentan miles de familias en el estado.
Falta de inversión en servicios básicos
Mientras el gasto en espectáculos y promoción personal se mantiene elevado, la inversión en salud, educación, movilidad y seguridad sigue siendo insuficiente. Reportes de organismos independientes y medios locales han documentado el mal estado de las rutas urbanas, las deficiencias en hospitales públicos, la falta de mantenimiento en escuelas y la creciente crisis de seguridad que afecta a diferentes municipios de Nuevo León.
La ciudadanía se pregunta si los recursos asignados a eventos masivos y propaganda personal no podrían ser mejor invertidos en infraestructura de salud, transporte público eficiente o atención a víctimas de violencia, áreas donde el estado enfrenta rezagos importantes.
Opinión pública: cada vez más crítica
Las redes sociales y medios locales han recogido numerosos comentarios de inconformidad tras las declaraciones del gobernador. Muchos señalan la falta de congruencia entre lo que dice y lo que hace, y cuestionan el verdadero objetivo de sus críticas al Gobierno federal: ¿realmente le preocupa el presupuesto nacional o solo busca posicionarse a nivel nacional?
Los comentarios más recurrentes acusan a Samuel García de usar el erario para construir una imagen personal, mientras critica a otros por usar el presupuesto para programas sociales.
Incluso algunos simpatizantes de Movimiento Ciudadano han expresado su preocupación por el rumbo del discurso del gobernador, señalando que sus palabras podrían interpretarse como una burla a quienes realmente necesitan los apoyos.
¿Qué sigue para el Gobierno de Nuevo León?
En un contexto donde Nuevo León enfrenta problemas graves de inseguridad, falta de transporte digno, contaminación ambiental y rezagos en infraestructura social, la gestión del presupuesto debe estar más enfocada en resolver necesidades reales que en posicionamientos políticos.
La ciudadanía espera coherencia, transparencia y resultados concretos, no discursos contradictorios ni estrategias de autopromoción financiadas con dinero público.
En lugar de criticar los programas federales por ser “dádivas”, sería más útil que el gobernador rinda cuentas claras sobre el uso de los más de 700 millones de pesos que su administración gasta en eventos, subsidios y apoyos que no siempre tienen reglas de operación ni evaluaciones públicas.