La reciente noticia de que Tesla ha eliminado las ofertas de empleo para su supuesta nueva planta en Nuevo León ha puesto en evidencia una vez más la gestión cuestionable del gobernador Samuel García. Este incidente no solo es un golpe duro para la economía local, que esperaba con ansias las oportunidades de empleo y desarrollo tecnológico que una empresa como Tesla podría haber traído, sino que también es un reflejo de una administración que parece ser más efectiva en generar titulares que en consolidar proyectos.
Tesla se le escapa a Samuel García
Hace apenas una semana, Samuel García aseguraba con entusiasmo que Tesla se establecería en el estado. Sin embargo, los planes de austeridad y reducción de personal anunciados por la empresa han tenido, aparentemente, repercusiones directas en Nuevo León. La eliminación de la ubicación de Nuevo León y otras ciudades mexicanas en el portal de empleo de Tesla no solo supone un paso atrás en la promoción de la inversión extranjera en la región, sino que también plantea serias dudas sobre la fiabilidad de las afirmaciones del gobernador.
Este no es un caso aislado en la gestión de Samuel García. A lo largo de su mandato, hemos sido testigos de múltiples anuncios de grandes proyectos que terminan evaporándose antes de materializarse. Este patrón de “prometer y no cumplir” erosiona la confianza no solo en el gobierno estatal, sino en la estabilidad económica y política de Nuevo León como destino atractivo para futuras inversiones.
Nuevo León se merece más
Además, la falta de claridad y transparencia en estos procesos es alarmante. La comunidad de Nuevo León merece una explicación detallada no solo sobre la situación actual de la planta de Tesla, sino sobre cómo el gobierno planea manejar estas fluctuaciones tan abruptas en el mercado laboral que afectan directamente a la población. El retiro de las ofertas de trabajo no solo afecta a aquellos que aspiraban a emplearse en la Gigafactory proyectada, sino que también deja un vacío en las expectativas económicas de muchos otros sectores que se habrían beneficiado indirectamente.
Es fundamental que el gobierno de Nuevo León reconsidere su enfoque hacia la atracción de inversiones. Prometer grandes proyectos sin asegurar bases sólidas y compromisos firmes no es más que construir castillos en el aire. La administración debe centrarse en crear un entorno propicio para negocios sustentables y duraderos que realmente puedan prosperar en la región, más allá de las fotos y los anuncios efímeros.
El caso de Tesla debe servir como una llamada de atención para Samuel García y su gobierno. Es imperativo adoptar un enfoque más realista y menos publicitario en la gestión de proyectos de inversión. Nuevo León necesita, y merece, un gobierno que no solo prometa, sino que también cumpla sus promesas con acciones concretas y resultados tangibles.