El polémico caso conocido como tinacogate ha vuelto a colocarse en la agenda pública de Nuevo León, luego de que se confirmara el regreso de Rodolfo Villarreal Ritchie a la nómina estatal. Este funcionario, señalado en 2023 por desviar tinacos de la Secretaría de Educación durante la crisis del agua, reapareció como Gerente de la Secretaría Técnica de Simeprode con un sueldo de 75 mil pesos mensuales.
El hecho no solo revive las críticas sobre corrupción e improvisación en el servicio público, sino que también cuestiona directamente al Gobierno estatal y al propio Gobernador Samuel García, señalado como el responsable de reintegrar a un personaje marcado por el escándalo. Para muchos ciudadanos, la decisión de darle nuevamente un puesto representa un duro golpe a la credibilidad institucional.
Tinacogate y el regreso inesperado
El tinacogate se destapó en julio de 2023, cuando investigaciones periodísticas revelaron que 100 tinacos destinados a escuelas en la Región 11 nunca llegaron a los planteles, como estaba programado. En medio de la crisis hídrica, el hallazgo fue particularmente indignante, pues significó la desviación de recursos destinados a paliar la sequía más severa de los últimos años.
La investigación señaló como responsables a Nayeli del Rocío Ley Camacho, directora de Regiones de la Secretaría de Educación, y a su entonces pareja sentimental, Villarreal Ritchie, quien fungía como Subsecretario de Prevención. De los 100 tinacos, al menos 33 fueron entregados a Villarreal para que los distribuyera de manera discrecional, aparentemente con fines de posicionamiento político.
Tras la polémica, Villarreal perdió su cargo, mientras que Ley Camacho logró conservar el suyo. Aunque el tema parecía cerrado, el escándalo dejó marcada la trayectoria del funcionario, convertido desde entonces en símbolo de clientelismo y uso indebido de recursos.
Nombramiento en Simeprode y sueldo millonario
La sorpresa llegó cuando en 2025 apareció nuevamente el nombre de Villarreal en la nómina estatal. De acuerdo con documentos publicados en internet, desde febrero ocupa el cargo de Gerente de la Secretaría Técnica de Simeprode, con un salario bruto de 75 mil pesos mensuales.
El funcionario incluso ha difundido en sus redes sociales imágenes portando un chaleco naranja en eventos organizados por Simeprode, como las jornadas de limpieza del Río Santa Catarina. Estas apariciones, lejos de pasar desapercibidas, levantaron críticas sobre el trasfondo político de su regreso.
Fuentes internas de la dependencia confirmaron que la orden para reincorporarlo fue directa del Gobernador. “La decisión de regresarlo a la nómina fue del Gobernador”, reveló un informante, recordando que Villarreal ha acompañado a Samuel García desde su etapa como Senador y que únicamente estuvo “congelado” a raíz del tinacogate, pero nunca fue apartado de su círculo cercano.
¿Se acuerdan del “tinacogate”, el desvío de 100 tinacos durante la sequía en #NL?
— Angel Charles (@angelcharlsmty) August 26, 2025
Pues resulta que el funcionario señalado por desviar los tinacos, Rodolfo México Villarreal, ya regresó al Gobierno @nuevoleon y ahora ocupa una dirección en @Simeprode_NL.
Vía @elnortelocal pic.twitter.com/AiJKiiJsq6
Un escándalo que nunca se cerró
La sombra del tinacogate sigue persiguiendo a Villarreal. Más allá del cuestionamiento administrativo, el caso estuvo rodeado de tensiones personales y hasta denuncias penales. Tras la ruptura de su relación sentimental con Ley Camacho, la madre de Villarreal, Beverly Ritchie, denunció a la exfuncionaria por robo y allanamiento.
Este episodio reforzó la percepción de que el escándalo no se trató de un simple error burocrático, sino de una trama con múltiples implicaciones políticas y personales. Para amplios sectores de la opinión pública, la reincorporación de Villarreal es una afrenta a los principios de ética y responsabilidad que deberían guiar al servicio público.
Implicaciones para la confianza ciudadana
El retorno de un personaje ligado al tinacogate plantea varias interrogantes sobre la gestión de Samuel García. ¿Por qué se decidió reincorporarlo en lugar de mantenerlo fuera de la nómina estatal? ¿Qué mensaje envía al reincorporar a un funcionario cuyo nombre quedó marcado por un escándalo de corrupción en plena crisis del agua?
Para los críticos, este hecho refleja una práctica recurrente: la protección a cuadros cercanos al Gobernador sin importar los antecedentes. Se interpreta como una señal de que, en Nuevo León, la lealtad política sigue estando por encima de la rendición de cuentas y la transparencia.
Además, la decisión de asignarle un sueldo de 75 mil pesos mensuales en una entidad que atraviesa problemas de movilidad, inseguridad y servicios públicos deteriorados resulta difícil de justificar frente a los ciudadanos. Mientras miles de familias padecen deficiencias en agua, transporte y salud, personajes cuestionados reciben salarios privilegiados en el aparato estatal.
Tinacogate como símbolo de impunidad
El caso del tinacogate se ha convertido en algo más que un episodio aislado: es un símbolo de impunidad y de cómo la memoria colectiva de la ciudadanía choca con la lógica política del poder. El regreso de Villarreal a Simeprode parece confirmar que las sanciones en el servicio público son más temporales que definitivas.
Si bien en 2023 el escándalo fue suficiente para que dejara su cargo, apenas dos años después vuelve a ocupar una posición con mayor estabilidad y un sueldo considerable. Esto envía un mensaje negativo sobre la forma en que se administra la justicia administrativa en el Estado: los castigos parecen depender más del ruido mediático que de la gravedad de los hechos.
Organizaciones ciudadanas ya han comenzado a cuestionar la reincorporación de Villarreal y advierten que el caso podría derivar en nuevas exigencias de transparencia y de sanciones efectivas. El tinacogate no solo puso en entredicho a un funcionario, sino que ahora amenaza con minar aún más la credibilidad de un Gobierno que ya enfrenta fuertes críticas por su estilo de gestión.