La dinámica epidemiológica en Nuevo León ha propiciado una modificación en las medidas de prevención, ya que el Comité de Seguridad en Salud ha aprobado recientemente el uso opcional del cubrebocas en espacios cerrados. Esta decisión, respaldada por especialistas de instituciones públicas y privadas, surge como respuesta a la estabilización de los casos de influenza y virus sincitial, así como la ausencia de un repunte significativo de Covid-19 tras las festividades decembrinas.
Cubrebocas: clave para prevenir enfermedades
A pesar de que al inicio de la temporada invernal se registró un aumento notable de casos de influenza, las autoridades de salud estatal destacan el éxito de las medidas preventivas implementadas oportunamente. El uso del cubrebocas seguirá siendo obligatorio en lugares clave, como escuelas de educación básica, hospitales, consultorios, farmacias, asilos y transporte público, para mantener la protección en entornos críticos.
La Secretaría de Salud, en colaboración con el Comité, continuará vigilando de cerca el panorama epidemiológico, emitiendo las medidas necesarias para salvaguardar la salud pública. Además, hacen un llamado a la población a mantener prácticas saludables, tales como evitar cambios bruscos de temperatura, realizar una higiene frecuente de manos, acudir a consulta ante síntomas respiratorios y utilizar el cubrebocas, especialmente si se encuentran enfermos o pertenecen a grupos de riesgo.
¿Cómo prevenir el COVID-19 y la influenza?
La prevención tanto del COVID-19 como de la influenza implica la adopción de medidas integrales para salvaguardar la salud individual y colectiva. En primer lugar, el uso adecuado de cubrebocas se presenta como una barrera eficaz para reducir la transmisión de ambas enfermedades. Utilizarlo en espacios públicos, especialmente en interiores o cuando la distancia física no es posible, contribuye a la protección mutua y a la contención de posibles contagios.
La higiene de manos continúa siendo una de las herramientas más fundamentales en la prevención de enfermedades respiratorias. Lavarse las manos con agua y jabón durante al menos 20 segundos, o utilizar desinfectante a base de alcohol, ayuda a eliminar posibles virus presentes en las manos. Este hábito debe mantenerse regularmente, especialmente después de entrar en contacto con superficies compartidas o después de estornudar y toser.
El distanciamiento social sigue siendo una práctica esencial. Mantener una distancia física de al menos 1 metro con personas que no pertenecen al mismo hogar ayuda a minimizar el riesgo de transmisión. Evitar el contacto cercano con personas enfermas y estar al tanto de las actualizaciones y recomendaciones de las autoridades de salud son acciones preventivas que refuerzan la protección individual y colectiva.
En el caso específico de la influenza, la vacunación anual se posiciona como una estrategia crucial. La inmunización no solo reduce la probabilidad de contraer la enfermedad, sino que también disminuye la gravedad de los síntomas en caso de infección. Combinar estas medidas preventivas, junto con la conciencia constante y la responsabilidad ciudadana, constituye un enfoque integral para mitigar la propagación del COVID-19 y la influenza en la comunidad.
¿Qué hacer si tienes COVID-19 o influenza?
Ante la presencia de síntomas relacionados con el COVID-19 o la influenza, es crucial adoptar medidas inmediatas para proteger tanto tu bienestar como el de quienes te rodean. En primer lugar, se recomienda el aislamiento en casa, procurando utilizar una habitación y baño separados si es factible. Esta acción ayuda a minimizar la propagación del virus a otras personas en el hogar.
Es fundamental informar a las personas con las que has tenido contacto recientemente sobre tu situación para que puedan tomar precauciones y monitorear su salud de cerca. Además, es imperativo buscar orientación médica para obtener una evaluación adecuada de la situación. En casos de dificultades respiratorias o síntomas graves, se aconseja buscar atención médica de emergencia de inmediato.
Es importante seguir rigurosamente las recomendaciones médicas proporcionadas. Esto incluye tomar medicamentos según lo recetado y seguir las pautas de cuidado en casa. Descansar lo suficiente y mantener una hidratación adecuada son prácticas esenciales para facilitar la recuperación.
El uso de cubrebocas es crucial si necesitas interactuar con otras personas o mascotas, ya que ayuda a prevenir la dispersión de partículas respiratorias. La higiene personal también desempeña un papel fundamental; lávate las manos regularmente con agua y jabón, utiliza pañuelos desechables al toser o estornudar y deséchalos de manera adecuada.
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